­Cuatro amigos de Martín C. C., el apicultor detenido acusado de cometer una imprudencia que provocó el incendio que arrasó 1.579 hectáreas en la Sierra de Morna y en el municipio de Sant Joan, han enviado sendas cartas a Diario de Ibiza para solicitar su puesta en libertad cuando faltan 21 días para cumplirse los diez meses de prisión provisional. El abogado de Martín C. C. ha solicitado al menos tres veces su excarcelación, que ha sido denegada por el juzgado que instruye la causa, el de Instrucción 4 de Ibiza, y por la Audiencia Provincial de Balears, según informan fuentes judiciales.

«No es un malhechor ni un bandido ni un traficante ni un asesino», denuncia una de las amigas de Martín C. C. que, como los otros tres remitentes, considera que el apicultor no fue el responsable directo del incendio, el más grave de la historia de la isla en cuanto a la superficie afectada. Además, los amigos de Martín C. C. creen que no existe riesgo de fuga, ya que es un hombre con arraigo en la isla y nacionalizado español desde hace diez años.

Vidas en peligro

No comparten esta opinión el fiscal que instruye la causa y el magistrado Santiago Pinsach, que el 28 de mayo de 2011 decretó el ingreso en prisión, sin posibilidad de fianza, del apicultor. Fue acusado de un delito de incendio forestal por una grave imprudencia, acrecentado además, según informaron aquel día fuentes del Ministerio Fiscal, «por afectar a una superficie de considerable importancia y de un espacio natural protegido», y «por haber puesto en peligro la vida y la integridad de numerosas personas».

Fue el propio Martín C. C. el que reconoció a los agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil que ese día, como muchos otros, había utilizado un ahumador. Según explicó después a uno de los amigos que envían las cartas pidiendo su libertad, preparó las brasas en casa y subió hasta la zona de Morna en la que tenía sus colmenas, a unos 300 metros de la vivienda.

Allí empezó a usar el ahumador para acercarse a las abejas. Martín C. C. pensaba que estaba cerrado herméticamente y sabía utilizarlo puesto que hacía poco que había asistido a un curso de apicultura en Ibiza, según su amigo.

El Seprona determinó después que el fuego se inició en un único foco el 25 de mayo de 2011 sobre las diez y media de la mañana, debido posiblemente a una chispa que saltó del ahumador. Según la Guardia Civil, el apicultor reconoció en el momento de la detención que no había adoptado medidas de seguridad al ulilizar el ahumador, puesto que no delimitó un perímetro de seguridad ni llevaba botellas de agua.

Ahora, Martín C. C. se puede enfrentar a una pena de hasta diez años de prisión. Sus amigos consideran que debería quedar en libertad hasta el juicio puesto que no hay riesgo de fuga. Fuentes judiciales rebatieron ayer que sí existe esta posibilidad, debido a que Martín vivía solo en una casa en Morna, toda su familia está en su país natal, Argentina, no tiene un trabajo estable y cambia con frecuencia de domicilio, entre otras razones.