Antoni Taulé (Sabadell, 1945) comenzó a pintar al ver a su padre hacerlo. Cuando le dijo que quería ser pintor le recomendó estudiar arquitectura en vez de bellas artes y le hizo caso. Esa formación le llevó por casualidad a Formentera en 1970, ya que le contrataron (dice que es el primer y único contrato laboral que ha tenido en su vida) para construir el hotel Riu la Mola. Antoni Taulé ya pintaba en esa época, de hecho había pasado varios años en París formándose, donde llegó a exponer y tuvo la suerte de trabajar en el estudio del reconocido arquitecto galo Le Corbusier.

Su estancia en Formentera le marca profundamente, de hecho, es aquí en donde establece su relación de pareja con Leatitia Ney d´Elchingen (princesa de Moscovia). Antoni Taulé recuerda perfectamente cuando Leatitia Ney le conoció y le acusó de «destruir la isla», al ver cómo estaba trabajando en la primera construcción de un hotel de masas.

Desde entonces el pintor no ha vuelto a dedicarse a la arquitectura. Taulé señala que en ese momento se estableció una relación afectiva entre ambos que se tradujo en convivencia y en la adopción, por su parte, de la hija de Leatitia, Djamilla, con solo un año y que se consolidó más tarde con un hijo común, Tigrane, que falleció en un accidente de montaña y que desarrolló una efímera carrera como pintor y escultor.

Desde entonces Formentera se convierte para Taulé en su lugar de residencia que comparte con París y Ginebra. Su casa en la isla, llamada ´Locus Solus´, responde a una novela de Raymond Roussel, un poeta, novelista, músico y ajedrecista, fallecido en 1933, que ejerció una importante influencia en el movimiento surrealista y entre los escritores del ´nouveau roman´ francés.

El arte como filosofía

Taulé ha expuesto en varias ocasiones en Formentera y en Ibiza, pero ahora y gracias a la iniciativa de la técnico de Cultura del Consell Insular, Anna Costa, que viajó a París para proponerle la exposición, ha montado una muestra que por primera vez además de ocupar la sala de exposiciones tendrá su prolongación en la iglesia de Sant Francesc. En este templo solo colgará cuadros de temática religiosa.

La exposición que presentará el artista, titulada ´Identitat, alteritat´, es una reflexión sobre el ser humano y lo que le rodea. «No es la primera vez que se plantea esta cuestión en el mundo del arte, existen obras sobre el ying y el yang, el blanco y el negro y sobre el interior y el exterior. En mi caso se trata de plantear el dilema entre lo que uno es y lo que le rodea. Es decir que la ´alteritat´ es todo lo que está en el exterior y la ´identitat´ es lo que uno es», reflexiona el artista.

Taulé tiene muy claro que esta dualidad, a veces contradictoria, se refleja en Formentera. En este sentido afirma: « La isla es algo orgánico, como el cuerpo humano, tiene vida propia y aquí hemos visto que se hemos marcado mucho la identidad y lo que es exterior no tiene que venir a influir. Existen playas y acantilados que nos separan de lo que no queremos». Tras la obra de Taulé se esconde un concepto profundo que intenta desvelar las entrañas éticas y filosóficas del ser humano. Afirma que su intención es comunicar un modelo biológico y ético que es «defenderse de lo que no va bien sin entrar en argumentos políticos».

La obra que expondrá Taulé transmite una sensación de vacío en la que crea espacios con una gran profundidad de campo. En esta ocasión introduce primeros planos en los que reproduce obras de maestros del arte como Goya, Picasso, Bacon, El Greco, De Chirico, Willen de Kooning y Rosseti, entre otros. El resultado es contundente, limpio y espectacular.