La consellera de Asuntos Sociales del Consell, Patricia Abascal, admitió los problemas denunciados por los familiares del centro ocupacional de sa Coma y reconoció que los jóvenes del Centro de Menores «no están ingresados allí porque sean angelitos». También dijo que ayer mismo habló con el limpiador agredido por «dos o tres jóvenes del Centro de Menores» y le invitó a presentar una denuncia de los hechos ante la comisaría de Policía. «Esto es algo que no podemos tolerar», afirmó la consellera.

En cuanto a la rotura de puertas y ventanas en el centro ocupacional, Abascal anunció que «se colocarán rejas» para que no vuelvan a penetrar jóvenes en su interior. El hecho de que éstos puedan deambular por el recinto de sa Coma a todas horas es algo que no puede evitarse, pues «es un centro abierto; es como si fuera su casa».

También dijo que convocará a los familiares de los discapacitados que trabajan en el centro ocupacional para hacerles llegar su apoyo y atender sus quejas.

En cuanto a la falta de vigilancia, afirmó que «hay un guardia jurado las veinticuatro horas del día, además de otro en la puerta de sa Coma». Sobre la escasez de monitores, dos para más de veinte discapacitados, afirmó que el Consell «no está en condiciones de aumentar el personal», pero dijo que «siempre ha habido dos monitores».

En relación a la agresión sufrida este verano por un capitán del Ejército, la consellera lo calificó de «altercadillo» y «rifi-rafe» en el que intervinieron «tanto unos como otros», en alusión a los militares y a los menores. «Pero ya está superado», afirmó Abascal.