Por motivo de una intervención quirúrgica permanecí ingresado en la habitación 109 del Hospital de Can Misses desde el día 4 al 10 de febrero del presente.

El motivo de esta carta es para expresar públicamente mi más sincero agradecimiento a todos los componentes del servicio de traumatología, desde el doctor que me operó hasta el último escalafón.

No puedo opinar de la parte técnica por mi falta de conocimientos (supongo que lo hacen muy bien), me refiero al trato humano; en todo momento me he sentido tratado con un respeto y cariño que no olvidaré nunca.

Compartí habitación con otro paciente que, por su estado, precisaba de muchas más atenciones que yo y tuve tiempo de observar su forma de trabajar y, créanme, la paciencia, la abnegación, el cariño con que trataban a aquella persona, sobrepasaba en mucho lo que se espera de un buen profesional.

Con mi más sincero respeto y cariño, recibid un fuerte abrazo con el ruego de que no cambiéis nunca. Muchas gracias.