Al menos siete personas resultaron heridas hoy después de que un terremoto de 5,8 grados en la escala abierta de Richter sacudiera la isla de Bali, el principal destino turístico de Indonesia.

Las autoridades no hicieron sonar la alerta de tsunami en la zona por el seísmo que tuvo su epicentro a 75 kilómetros al sur de Denpasar, la capital de la isla, y a 71,6 kilómetros de profundidad, según datos del servicio geológico de Estados Unidos, que vigila la actividad sísmica en todo el mundo. Los medios indonesios le otorgan al movimiento telúrico una magnitud de 6,4 grados.

Fuentes sanitarias indicaron que los heridos son personas a las que les cayeron encima cascotes o trozos de edificios y en general los médicos tratan quebraduras de huesos y contusiones. Gente en los mercados o en edificios de oficinas dejaron sus puestos y salieron a espacios abiertos o bajaron a la calles, según los relatos de testigos.