«Tenemos que buscarlo... Nos costará encontrarlo... Me refiero a un fantasma que nació el 12 de junio de 2015 formado por 14 puntos, hijo ilustre yo diría de Rafa Ruiz y Joan Ribas,esa pareja de hecho que tantos quebraderos de cabeza han dado a esta ciudad». Con este arranque poético, muy pensado, de un diáfano estilo Cervantes de andar por casa, el concejal del PP Álex Minchiotti arremetió contra el equipo de gobierno por «ocultar» el documento que en su día firmaron PSOE y Guanyem ante los medios de comunicación para dar pompa al pacto político. Ese fantasma, «ese espectro que se cierne sobre Europa», según el primer teniente de alcalde, Alfonso Molina, no escondía ningún secreto inconfesable. El PSOE y Guanyem han sido torpes al no mostrar el susodicho fantasma desde el primer día que empezó la verborrea del PP a cuenta de las dietas y cortar una polémica que le ha servido a Minchiotti para despacharse a gusto con el equipo de gobierno y acusarle de ser «un fraude», entre otras cosas menos de ser guapo.

Casi siete horas después, al final de otro pleno récord de duración, la poesía de Minchiotti perdió finura al hacer referencia a las promesas imposibles del equipo de gobierno en su plan de mandato, como el impulso de «los belenes vivientes»: «¿Están de guasa o qué pasa?» .«Si le ha rimado», le felicitó con más guasa aún el alcalde, que agregó: «Lo tenía preparado». En un ataque de sinceridad, el concejal del PP admitió que fue una inspiración divina: «Me ha salido».

Esta vez el alcalde se propuso «no caer en las provocaciones» de su archienemigo, el concejal de EPIC, Antonio Villalonga, quien con el nuevo reglamento de los plenos, que ayer se aprobó definitivamente, tendrá que resumir toda su artillería pesada en sólo dos mociones y con un tiempo limitado. Es lo que Villalonga denomina el reglamento «mordaza» con «un barniz progre por fuera y facha por dentro». Hasta cuatro veces en apenas 46 minutos, Villalonga tachó de «facha» al alcalde, una costumbre que ya ha quedado instaurada. Como el alcalde ni se inmutó, Villalonga imprimió una marcha más y echó mano de «las ilegalidades del negocio de la familia» del alcalde para tratar de subir la temperatura del pleno. Ni por esas, por esta vez.

Minchiotti asumió la responsabilidad de su grupo para tratar de ganar el terreno que le está comiendo el quijotesco Villalonga y arreó al PSOE con la iniciativa de las juventudes socialistas de entregar en la puerta de un instituto tarjeteros rojos para el bono gratuito del bus, con un obsequio sorpresa: una tarjeta con el anagrama, teléfono y mail de la agrupación política, «un adoctrinamiento, un acto vergonzoso, una putrefacta forma de captar afiliaciones». «Todos iban corriendo a ver quien adoctrina primero y el PSOE ganó la carrera [a Podemos y Guanyem]», resaltó. La coportavoz del PSOE, Elena López, agradeció las ´amables´ palabras de Minchiotti por dar «publicidad a una campaña tan bien pensada» por los cachorros de su partido.

También hubo un desencuentro con la huelga del 8 de marzo en favor de la igualdad de las mujeres, hasta el punto de que ni siquiera hubo quorum sobre una declaración institucional. Al final, tras los golpes, el ´farmacéutico´ Juan Flores, del PP, se ofreció con gracia para repartir aspirinas.