El presidente del Consell, Vicent Torres, aseguró ayer que si esta experiencia piloto funciona «será transferible a otros lugares de la isla, municipios y playas», apuntó. El Consell quiere colaborar con todos los municipios «para tratar de reducir al máximo el problema de la acumulación de vehículos, sobre todo en zonas cercanas a masas forestales», subrayó.

Torres admitió que el problema del colapso de vehículos en temporada alta es un tema que «preocupa» al equipo de gobierno y que siguen estudiando medidas de control «aunque no es fácil», admitió el presidente.

La consellera de Movilidad, Pepa Marí, animó a los usuarios de Cala Salada «a cambiar el chip» y emplear las alternativas de acceso. «Es una prueba piloto de un modelo exportable a otros lugares pero este año el protagonismo es para Cala Salada, que intentaremos que sea una playa de referencia».