Desde que se conoció la noticia del niño catalán afectado por la difteria «no ha habido un incremento de vacunaciones ni de gente que revise su calendario en las Pitiusas», afirma Bartolomé Bonet. Ni siquiera de varicela, que este año tiene una mayor incidencia: «Todas las infecciones víricas van por ciclos. Ha ocurrido toda la vida. Hay años con pocos casos y otro, como este, con más. Pero no hay ninguna gran repercusión. Sigue el curso normal».

Sobre si cree necesario vacunar contra la varicela, Bonet recuerda el criterio del Ministerio de Sanidad: «Hasta ahora alegaba que si cogías la enfermedad tu inmunidad sería mucho mejor que si te vacunaran. Cada vez que entras en contacto con un niño con varicela, tus anticuerpos se activan y creas más defensas. Si vacunáramos a la población y desaparecieran esos niños afectados, perderíamos las defensas y aumentaría el riesgo del herpes zóster».

Aun así, recuerda que el propio Ministerio acaba de replantearse incluirla en el calendario común infantil: «Por favor -clama-, no nos mareen. O un argumento u otro. Ante esta contradicción de información entiendo que haya reticencias por parte de algunos».

«Injusto» retraso

Sí le parece «injusto» que la vacuna del neumococo no haya sido implantada este mismo año y se espere a 2016: «No me parece justo que si hay una vacuna que socialmente consideramos necesaria se retrase un año. No creo que sea lo correcto. Si es eficaz hay que implantarla inmediatamente, pues se crea un agravio comparativo».

Y también cree que hay otras que sobran, como la del rotavirus: «No me parece que en España tenga una gran repercusión. Es una forma de diarrea que en niños de seis o siete u ocho meses puede provocar un cuadro de diarrea acuosa. Sería muy interesante para África, donde una de las principales causas de mortalidad de los niños es la diarrea. Posiblemente habría que invertir allí todas lo que usamos aquí, en España».