El conseller de Movilidad de Formentera, Rafael González, ofreció ayer los datos de esta temporada respecto al movimiento de vehículos de no residentes (de pag0) que accedieron entre el 19 de mayo y el 30 de septiembre de este año al Parque Natural de ses Salines de Formentera para dirigirse a las playas de Cavall d'en Borràs, ses Illetes y Llevant.

La media diaria fue de 541 coches y 922 motocicletas. En total, utilizaron las zonas de aparcamiento 72.514 coches, 3.901 menos que en 2016, y 123.585 motos, 21.523 menos que el año pasado.

En cambio, González señaló que si se comparan los datos con los de 2015, accedieron este año 3.015 coches más, pero 1.463 motos menos.

Las playas del norte de Formentera, situadas en el Parque Natural de ses Salines, siguen siendo uno de los enclaves protegidos más frecuentados en los meses de verano. Además es de los pocos sitios en donde se ha establecido por parte del Consell de Formentera junto con la empresa concesionaria de la zona, Ibifor, un control de aparcamiento de pago. Aun así se repiten a lo largo de la temporada colas y atascos para acceder a las playas e incluso en algunas horas punta se tiene que cerrar el acceso por falta de espacio.

Los peatones, ciclistas y vehículos eléctricos no pagan, como tampoco lo hacen los vehículos y motos de residentes. La entrada de quad no está permitida.

En total, en esta zona hay estacionamiento para 384 coches y 1.132 motos, pero se registra una mayor entrada de vehículos por la rotación que se produce.

Recaudación

RecaudaciónLa empresa concesionaria, Ibifor, ha recaudado esta temporada 775.895 euros, lo que representa 102.213 euros menos que en 2016, es decir un descenso del 11,6%. De este dinero, el Consell de Formentera recibe una parte fija que es de 140.000 euros, y una parte variable dependiente de los ingresos, que este año asciende a 26.650 euros.

Según explicó el conseller de Movilidad, ese dinero ha sido reinvertido con acciones de mantenimiento en la zona del Parque Natural, como la mejora en la seguridad de las playas o el arreglo de los caminos, además de un servicio específico de limpieza viaria y de recogida de residuos intensiva, con el objeto de mantener la buena imagen de la zona.

González recordó que esta temporada, por segundo año consecutivo, se ha prohibido la entrada a los quads para minimizar los impactos que este tipo de vehículos causa y hacer más sostenible la conservación de esta zona, que sigue siendo la que mayor carga de visitantes soporta de todas las playas insulares.