Después de tentar el terreno hace una semana en Lugo, el Pachá Ibiza Voley consiguió que la chica no le diera calabazas en la primera cita en su feudo. Incluso, puede decirse que empezó a conquistarla haciendo gala de ese juego pasional que encandiló a los 300 espectadores que se animaron a acudir a Es Viver. Los pitiusos se impusieron 3-2 al Club Voleibol Almoradí tras un maratoniano partido. Con emoción a raudales, las dos horas y media de espectáculo demostraron que la nueva categoría no le va grande a un grupo que no se resigna a interrumpir el sueño.

Los jugadores ibicencos salieron al parqué de su feudo lavados, peinados y con el amarillo de sus camisetas más reluciente que nunca. La ocasión lo merecía y, desde el primer momento, la afición ibicenca pudo constatar lo que el C.V. Eivissa ya certificó ante el Emevé: estos ´martillos pilones´ dejan a los rematadores de la FEV muy atrás.

Buen inicio

Los visitantes Miralles y Subiela amenazaban con dar la tarde al ´novio perfecto´, ese conjunto formado por una docena de amigos que juegan al voleibol. El Almoradí empezó firme, pero los vileros voltearon la tortilla con un golpe de muñeca que se tradujo en un parcial inicial de 13-9. Con Jesús Ariño entre algodones, Antonio Moreno empezó el por qué de su fichaje.

Su melena rubia comenzó a subir y bajar en sus saltos en la red, engrosando el marcador local gracias al surtido de pelotas francas que le proveía Christian López.

El 25-20 del primer set hizo que el Pachá aprovechara la carrerilla inicial para distanciarse en el segundo parcial, que acabó igualándose con el paso de los puntos. Con 21-20, la arenga de un Toni Gino que ayer fue todo nervio, provocó que la escuadra pitiusa acelerase sin compasión para atropellar a los alicantinos con un parcial de 4-0 que parecía dejar cerrado el partido.

Sin embargo, la competición está plagada de buenos partidos, de pretendientes con demasiadas armas de seducción. Al C.V. Eivissa le picó el aguijón del sueño y comprobó que los despistes se pagan caros. ­­­­El duermevela le aguantó durante el tercer acto, donde hincó la rodilla por 22-25, desbordado por el inapelable saque rival. Después, el set número cuatro dejó un interrogante en las caras ibicencas: 15-25 y la sensación de que el encuentro se escapaba entre las rendijas de sus dedos ante el empuje del Almoradí.

Y entonces, cuando esa ´Cita con la historia´ que tanto se ha empeñado en promocionar la directiva de la entidad parecía arruinarse, el Pachá besó a esa chica llamada Superliga 2 en el último suspiro. Un tie-break de fábula para barrer a los levantinos por 15-9 con grandes dosis de talento por parte de Edmond Solanas, Mario Oliva o Arthur Borges. Ha comenzado un romance.

La clave

NUEVA PUNTUACIÓN

Una victoria que solamente vale dos puntos

La normativa de la Superliga 2 difiere de la FEV en lo que a la puntuación se refiere. Las victorias por dos o tres sets de diferencia valen tres puntos, pero las que se consiguen por la mínima solo se ´pagan´ a dos puntos. Por eso, el Pachá no pudo sonreír del todo en una jornada histórica. En cambio, caer por un parcial de diferencia se recompensa por un punto.