Jesús López-Terradas es el relojero de Sol y asegura que trabajan durante “todo el año para que no haya ningún fallo". El maestro relojero ya ha puesto a punto la maquinaria del emblemático mecanismo. Quitan el retén cuando faltan 28 segundos, accionan una palanca y la bola cae por su propio peso. El mantenimiento es minucioso para un engranaje casi perfecto. Una maquinaria con más de 150 años de vida que nos otorga a los demás vivir con ilusión el paso al nuevo año.