El núcleo duro del presidente se mantiene y se refuerza. María Jesús Montero continúa con Hacienda y asciende con una nueva vicepresidencia. Cuatro vicepresidencias y todas en manos de mujeres. Félix Bolaños se convierte en un superministro con Presidencia, Relaciones con las Cortes y asume el Ministerio de Justicia, clave en esta legislatura. En sus manos está conseguir la renovación del Poder Judicial, las relaciones con la Justicia, soliviantada por la ley de amnistía, y pilotar la tramitación de esa norma con todo lo que ello conlleva. Los Ministerios de Estado se quedan inamovibles, con Albares en Exteriores, Grande-Marlaska en Interior, ministro que más tiempo aguanta en el cargo, y Robles, en el punto de mira de los independentistas, mantiene su cartera en Defensa. Calviño sigue en Economía a la espera de que se resuelva su candidatura al Banco Europeo de Inversiones; Escrivá al frente de un nuevo Ministerio, Transformación Digital; Ángel Víctor Torres, Política Territorial, clave en las cesiones a Cataluña, políticas y económicas. Enfrente las autonomías que exigen el mismo trato. La portavocía del Ejecutivo recae en Pilar Alegría, que sigue en Educación con el añadido de Deportes. Un gabinete en clave muy política, de combate, para una legislatura extremadamente complicada.