Más turistas y gasto, sigue la fiesta

Superada la pandemia en 2021, este año confirma y supera incluso los registros históricos del turismo cosechados en 2022

Bañistas en una playa de Eivissa, el pasado verano. | VICENT MARÍ

Bañistas en una playa de Eivissa, el pasado verano. | VICENT MARÍ

Pareciera que la crisis sanitaria provocada en marzo de 2020 por el coronavirus fuera la causa de que, una vez superada, Ibiza y Formentera hayan vivido las dos mejores temporadas turísticas de su historia. Hace casi cuatro años, el Gobierno de Pedro Sánchez decidía confinar a toda la sociedad durante 15 días para intentar evitar la propagación de un virus entonces desconocido que tenía atemorizado al planeta. El cierre de toda actividad económica se prolongó finalmente tres meses y las restricciones posteriores al movimiento de personas de los Ejecutivos europeos llegaron hasta la temporada de 2021, mediocre dentro de la ‘nueva normalidad’.

A partir de entonces, todo son buenas noticias para el sector turístico. El año pasado fue de récord, se batieron todos los registros y restauradores, hoteleros y empresas de ocio de todo tipo disfrutaron de una temporada ‘histórica’. Este verano de 2023 se afrontaba con cierto temor porque se daba por hecho que sería imposible repetir tamaña hazaña. Pero ha ocurrido.

Finalmente, Ibiza y Formentera han vuelto a batir todos los registros en cuanto a la industria turística se refiere (prácticamente, la única de las islas). Han venido más turistas que nunca y el gasto turístico es el más elevado desde que hay registros.

Según el Instituto Balear de Estadística (Ibestat), las Pitiusas recibieron entre el 1 de enero y 31 de octubre un total de 3.645.345 turistas, lo que representa un incremento del 7% con respecto al mismo periodo del año de todos los récords, de la temporada histórica, la del año pasado. Cuando el sector se beneficio de las ansias de viajar, de libertad y disfrute de los potenciales clientes que tuvieron que recluirse en sus domicilios para evitar al virus. En teoría ese efecto debería haber pasado ya, pero la reconversión de la oferta turística hacia un sector económico elevado, entre otros motivos, parece una apuesta ganadora.

De hecho, los registros al alza se han producido prácticamente todos los meses, incluso en aquellos de la denominada temporada baja. Octubre, por ejemplo, se cerró con casi 332.000 turistas frente a los 272.000 del mismo mes de 2022, una diferencia sustancial del 22% (y octubre del año pasado ya arrojó unas cifras excepcionales).

Pero como explicaba Diario de Ibiza en una información al respecto publicada a principios de diciembre, datos tan excepcionales no son consecuencia de un único factor. Además de la mejora del producto hotelero y de ocio (hasta límites que ya muchos critican porque va en detrimento del mercado familiar, tradicional en las dos islas), hay que tener en cuenta la decisión de la asociación Ocio de Ibiza de organizar las fiestas de cierre de las discotecas durante la primera quincena de octubre, ayudando a prolongar la temporada. Además, las aperturas se celebraron en su mayor parte en abril, estirando la campaña turística también en sus inicios.

Con todos estos datos, no es extraño que el gasto turístico haya aumentado este año nada menos que en un 20%, según los datos también del Ibestat.

Así, los turistas que visitaron las Pitiusas gastaron hasta el mes de octubre 4.230 millones de euros, un 20% más que el acumulado el año pasado en esas fechas. Los datos de noviembre y diciembre, aunque también son importantes, no aportan un volumen determinante debido al escaso número de visitantes.

El gasto en el mes de octubre alcanzó los 358 millones de euros con un presupuesto medio por visitante de 1.079 euros por estancia, una cantidad que se sitúa por debajo de la media de Balears, que está en los 1.113,5 euros.

El dato del mes de octubre contrasta con el recogido entre mayo y septiembre, cuando el gasto en las Pitiusas fue el más elevado de la Comunitat Autònoma, según las mismas fuentes.

A pesar de todos estos registros, la desestacionalización pura y dura, aquella que se persigue en meses absolutamente valles como noviembre, diciembre o enero, sigue estancada (y puede que, para el medio ambiente, sea una bendición). Según una información publicada a finales de octubre, el 96% de los hoteles de Ibiza cierran sus puertas tras la temporada y hasta abril o mayo.

Y eso que los hoteleros han reconocido que su rentabilidad ha crecido este año entre un 8 y un 15% por la subida de los precios debido a la inflación y la elevada ocupación que han registrado sus establecimientos este año.