Roban 140.000 euros a un empresario de Zaragoza pocas horas después de su entierro

La familia denuncia a una amiga que le cuidaba por el hurto de dinero y joyas en la casa

Solo el ajuar, que incluye dos collares de perlas y un reloj de oro, vale 40.000€

El finado residía en un chalet ubicado en el zaragozano barrio de Montecanal.

El finado residía en un chalet ubicado en el zaragozano barrio de Montecanal. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

A.T.B.

Quien acuñó la frase de ni los muertos descansan en paz lo hizo pensando en un contexto bélico y violento en el que también tenían cabida, por ejemplo, las profanaciones de tumbas. Más allá de este tipo de episodios, la frase se le podría atribuir igualmente a un empresario zaragozano que falleció el pasado mes de octubre porque, apenas tres horas después de su entierro, alguien se coló en su chalet ubicado en el barrio de Montecanal para llevarse 100.000 euros en efectivo, varias joyas valoradas en 40.000 euros y un móvil y un ordenador de la marca Apple. Según ha podido saber EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, el entorno más cercano de la víctima apunta a un amiga que le cuidaba como la autora de este golpe, que ya ha sido denunciado ante el Cuerpo Nacional de Policía.

La investigación, dirigida por el Grupo de Robos con Fuerza en Domicilios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón, parte de la denuncia que interpusieron los herederos del fallecido el pasado 24 de enero. Los denunciantes explicaron a los agentes que el empresario murió el 18 de octubre como consecuencia de un tumor cerebral. Durante los años que sufrió la enfermedad, fue una amiga –la ahora denunciada– quien se encargaba de sus cuidados hasta el punto de que la propia familia le abonaba una cantidad mensual en contraprestación por sus servicios.

Escondido en un armario

Tal era la relación, concretaron los denunciantes, que esta amiga tenía un juego de llaves del domicilio y sabía de la existencia de 100.000 euros en efectivo y varias joyas como un reloj de oro, un par de collares de perlas, un aro de brillantes o una sortija de brillantes y esmeraldas. El dinero y el ajuar, que había heredado de su madre, lo escondía en una bolsa oculta en lo alto de un armario. Tan solo un día después del fallecimiento del empresario, sus familiares ya echaron en falta su teléfono móvil.

Pero la sorpresa fue mayúscula cuando, a principios de diciembre, se percataron de que también habían desaparecido el ordenador, el dinero y las joyas. A partir de ese momento, comenzaron a atar cabos hasta el punto de personarse en una comisaría del Cuerpo Nacional de Policía con indicios que, a su juicio, apuntaban a la amiga y cuidadora como la autora del robo. También se aventuraron a aportar la fecha del golpe –20 de octubre– y acotaron el momento exacto a tan solo tres horas más tarde de dar sepultura al fallecido. Ya en dependencias policiales recordaron que, tras el sepelio, se juntaron en un bar del centro de la capital aragonesa.

A mediodía, la ahora denunciada abandonó el establecimiento alegando que tenía que marchar a su puesto de trabajo. Volvió al bar a las 15.00 horas y los denunciantes defienden ahora que, durante esas tres horas, se desplazó a la vivienda del finado para arrebatarle los citados efectos. Para ello se apoyan en las manifestaciones que han recabado de uno de los porteros de la urbanización porque, según ellos, este les refirió que había visto salir a esta mujer con la misma bolsa donde escondía el dinero y las joyas. Todo ello ya está en manos de los investigadores que, por el momento, no han completado ninguna detención. 

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