La nueva moda adolescente: drogarse con un condimento que todos tenemos en la despensa

La alarma ya ha saltado en EE UU, sobre todo en un colegio, donde los padres y los profesores han descubierto que algunos de los alumnos estaban yendo a clase con un condimento en las mochilas que están utilizando para drogarse, pero que al principio, cuando un docente sorprendido les preguntó por qué lo llevaban en la mochila, le contestaron que iban a clase de cocina.

La madre de uno de estos adolescentes publicó en su perfil de TikTok la historia, alertando al resto de padres, y el vídeo ya se ha hecho viral, acumulando más de medio millón de visualizaciones en solo dos días.

Ahora, en varios colegios se están revisando las mochilas de los estudiantes para evitar que se droguen con este común producto, informa el New York Post.

El condimento en cuestión

El condimento con el que se están drogando estos jóvenes es la nuez moscada en polvo, un producto que tenemos en todas las despensas y que utilizamos habitualmente en muchos de los platos que cocinamos.

Según un artículo médico publicado por el Hospital Miguel Servet de Zaragoza, desde la Edad Media hay testimonios de su uso como estimulante cerebral y, en la década de los sesenta, su utilización se extendió como droga recreativa. Actualmente, hay muchos adolescentes que están utilizando la nuez moscada para conseguir algunos efectos similares a la marihuana.

La nuez moscada se encuadra dentro de las sustancias de abuso con efectos psicomiméticos (alucinógenos). Dentro de su composición bioquímica destaca la presencia de aceites volátiles derivados del benzeno como la miristicina, la elamicina y el safrol.

Según algunos autores, los efectos tóxicos pueden comenzar a manifestarse tras la ingesta de 5-7 gramos de nuez moscada en polvo (un bote de condimento tiene unos 58 gramos); no obstante, la sintomatología más evidente se observa en aquellos casos en que la ingesta supera los 20-80 gramos de polvo de nuez. La sintomatología clínica aparece a las horas de la ingesta, con el pico máximo a las 8-12 horas y su remisión lenta y progresiva se observa a las 24-36 horas de su ingesta.

Los síntomas afectan al sistema nervioso central y autónomo y, habitualmente, consisten en ansiedad, sensación de muerte inminente, alucinaciones visuales con percepción alterada de la realidad y los colores, agitación psicomotriz o convulsiones.