Accidente

Un sin techo ayuda a un surfista herido en Gijón: "Le puse mi saco por encima porque tiritaba de frío"

Pablo Ferreira bajó a la arena para asistir al afectado

La víctima, de 47 años, permanece ingresada con una vértebra rota y otra dañada

Pablo Ferreira, ayer, tras ayudar al herido, en la playa de San Lorenzo, en Oviedo .

Pablo Ferreira, ayer, tras ayudar al herido, en la playa de San Lorenzo, en Oviedo . / Redacción

Sandra F. Lombardía y I. Peláez

Un policía de 47 años se dañó ayer gravemente la espalda tras sufrir un accidente mientras participaba en una clase de surf con su monitor en la playa San Lorenzo de Gijón. El propio afectado explicó a los testigos que se había golpeado sin querer, al parecer, primero contra la quilla de la tabla y luego contra la arena. Su monitor lo sacó rápidamente del agua y varios paseantes y un hombre sin hogar que pide limosna en el paseo, donde se produjo el incidente, lo socorrieron en los primeros minutos. También dos agentes de la Policía Local que llegaron en cuestión de minutos al lugar de los hechos y, posteriormente, los sanitarios de la UVI-Móvil, que viendo la lesión de la espalda decretaron su traslado al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde fue derivado a la UCI por una fractura de vértebra y daños en otra y en un tramo de médula. En el momento del incidente el afectado no podía mover las piernas, pero horas después parecía estar recuperando el sentido una de ellas. "Le puse mi saco de dormir por encima porque estaba tiritando del frío", explicó Pablo Ferreira, el hombre sin hogar que participó en los primeros auxilios.

El oleaje en Gijón llama la atención de los viandantes

El oleaje en Gijón llama la atención de los viandantes / Redacción

Según una pareja que paseaba por el Muro y acudió también a ayudar al afectado, el agente estaba en el agua junto a su monitor, que fue el primero en advertir que algo iba mal y lo sacó rápidamente del agua, contra el Muro, lo que posiblemente evitó que el accidentado acabr arrastrado por la corriente, ya que la marea estaba alta. Varios testigos lo ayudaron después a alejarlo aún más del agua y a tranquilizar al hombre mientras llegaban los sanitarios. Él, por su parte, se mantuvo consciente en todo momento –fue capaz de explicar cómo se llamaba y de relatar que se había golpeado por accidente–, y se mostraba preocupado porque decía no sentir las piernas ni los brazos –aunque los podía mover– y que recordaba haber sentido un chasquido en el cuello estando aún en el agua. Sus dos vértebras dañadas están en la zona cervical.

La rápida llegada de los agentes facilitó también estos primeros auxilios, así como la predisposición de Ferreira, de la misma edad del accidentado, que puso sobre la víctima su saco de dormir y su manta. Criado en Asturias y camarero de profesión en busca de trabajo, regresó desde la capital hace un par de meses y por problemas económicos duerme, con ese saco y esa manta que ayer tenía empapados, en un portal. Durante el día, suele pedir limosna justo en la escalera 9. Él también facilitó a los policías unas tijeras que tenía en su maleta y que ayudaron a liberar al accidentado de su neopreno, que con la angustia del momento le estaba provocando angustia. "La verdad es que no lo pensé y creo que cualquiera hubiese hecho lo mismo por mí. Otra gente ayudó también. Pero tiritaba de frío y yo era el único que tenía esto a mano", señaló después, restándose importancia. El accidentado es Rubén E. L., gijonés, conocido porque su labor policial desveló la trama de Villarejo, entre otras labores.

Suscríbete para seguir leyendo