Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

VI Edición Son Estrella Galicia Posidonia

Jairo Zavala, 'DePedro': «Me siento cómodo en la incertidumbre»

Comienza en Formentera la VI edición del Son Estrella Galicia Posidonia con la actuación de DePedro y el espectáculo gastronómico de los laureados chefs Pepe Solla y Diego Guerrero

19

VI edición del Son Estrella Galicia Posidonia en Formentera José Miguel L. Romero

Hace meses, 300 personas agotaron en menos de dos horas todas las entradas puestas a la venta para asistir a la sexta edición del Son Estrella Galicia Posidonia, que sus organizadores han bautizado como ‘Capítulo 6: Inconformismo’ y que se celebra en la isla de Formentera. Se trata de una convocatoria que apuesta por la sostenibilidad (sus responsables persiguen que esta convocatoria tenga cero emisiones de CO2) y que aúna gastronomía -de la mano de los chefs Michelin Pepe Solla y Diego Guerrero, que han diseñado una experiencia culinaria en colaboración con establecimientos locales para unir las tradiciones atlántica y mediterránea- y música. Quienes adquirieron los tiques lo hicieron a ciegas, sin saber qué grupos intervendrían este fin de semana. La sorpresa, que es una de las características de este festival, se desveló ayer a las 21.45 horas, cuando subió al escenario del hotel Gecko Jairo Zavala, aka DePedro, la primera de las actuaciones secretas: hoy le toca a los granadinos Lori Meyers. Sorprende (y emociona) que el autor de temas ya inmortales como ‘Diciembre’ o ‘Entre el cielo y el barro’, y que lleva tres décadas tocando, siga agradeciendo, con humildad, poder subir a un escenario. El cantautor aboga por «la rebelión alegre» y por mantener, incluso en tiempos de pandemia, «la esperanza»: « Siempre hay que tener una palabra de aliento. En la rendición está la negación de todo».

Había actuado antes en Ibiza, ¿pero conocía Formentera?

No, nunca había tenido la oportunidad. Y visto lo visto, tengo que volver. Necesitaré estar más tiempo.

Le aconsejo que venga en esta época del año, cuando hay menos gente. En verano hay demasiada.

Es lo que tienen los paraísos, los cielos, que todo el mundo quiere estar en ellos.

Va a tocar ante 300 personas que compraron la entrada a ciegas, sin saber qué grupos actuarían. Lo mismo tiene delante a tres centenares de seguidores de reggaeton y les da un soponcio al verle. Menudo reto para usted.

Nunca ha sido un reto para mí. Ahora, y puede que esto suene muy fuerte, tengo más reconocimiento, la gente ya sabe, relativamente, quién soy desde hace poco. Estoy acostumbrado a la etapa anterior de mi carrera, cuando no sabían quién era yo cuando subía a un escenario. Actuar en este festival me interesa por saber si mi proyecto funciona sin que el espectador sepa previamente qué y a quién va a escuchar, sin su beneplácito previo. En la incertidumbre me siento cómodo. Como DePedro llevo muchos años, pero teniendo reconocimiento, pocos, sobre todo comparados con los 30 que llevo tocando música.

¿Tocar ante 300 es mejor o peor que ente 3.000 o 30.000? ¿O preferiría ante 30? O ante tres.

Estoy agradecido por tener la oportunidad de subirme a un escenario. Y más con la grieta temporal abierta en los últimos años a causa de la pandemia. No es más importante un público numeroso, al revés. Cuando hay menos filtro, menos distancia, más cercanía, es cuando más tiene que poner uno de sí mismo en un concierto.

Tras los años de pandemia y confinamiento, ¿cómo ha sido su regreso a los escenarios?

La primera vez que fui a actuar tras la pandemia pensé que quizás no me acordaría de lo que tenía que hacer. Pero una vez pisé el escenario recordé que llevaba más tiempo sobre las tablas que en ninguna otra parte. Es mi sitio natural, un lugar donde ha sido maravilloso volver y recibir otra vez el cariño del público. La verdad, sólo tengo palabras de agradecimiento.

DePedro en Son Estrella Galicia Posidonia

DePedro en Son Estrella Galicia Posidonia José Miguel L. Romero

Durante muchos años fue telonero de grupos como Vetusta Morla, Xoel López… Ya se ha hecho un hueco como primer espada.

Nunca me quejaré de que me den una oportunidad para tocar. Si tengo que volver al estatus de telonero, no tengo ningún problema con tal de tocar. Encantado.

Estar encerrado tanto tiempo debe ser terrible para un músico que, como usted, no es exclusivamente de estudio.

Laboralmente ha sido muy duro para nuestro gremio. En mi caso hubo aspectos positivos, como recuperar el tiempo perdido con mi familia, fruto de mis ausencias, de mis continuos viajes como músico. Hay que ver el vaso medio lleno, dar importancia a esas pequeñas cosas positivas que tuvo esa crisis, que en mi caso fue recuperar a mi familia, tener tiempo para estar con ella.

Dice de su último trabajo, ‘Máquina de piedad’, en el que hay temas excepcionales como ‘El puñal’, que es optimista. ¿Quizás porque lo compuso antes de la pandemia? ¿Si lo hubiera escrito durante la crisis sanitaria sería también así?

Creo que también. Creo fervientemente en la palabra esperanza, que etimológicamente incluye las palabras espera y resistencia. Siempre he sido así, siempre. De hecho tengo un disco que se llama ‘Todo va a salir bien’, previo a la pandemia. Siempre hay que tener una palabra de aliento. En la rendición está la negación de todo. Nos pasa ahora, en esta época tan hedonista, en la que en todos los gremios parece que funciona lo acaramelado, lo edulcorado. Echo de menos el espíritu de rebelión… una rebelión alegre. Los derechos los debemos ganar, nunca se pueden conseguir desde la derrota y el pesimismo: hay que hacerlo desde la alegría y desde la esperanza... Uy, creo que me he pasado, perdona por ponerme tan serio.

‘Todo va a salir bien’ fue publicado en 2018. El título, uno de los lemas populares de aquella crisis sanitaria, fue una premonición y una inspiración para muchas personas. Justo con esas palabras se llenaron miles de carteles en las calles.

Es que no queda otra ante la desesperación: hay que tirar adelante. El ser humano es un experto en eso, en sobrevivir.

¿Le sigue costando sudor y lágrimas crear canciones?

Sí. Mucho.

¿Porque es muy exigente consigo mismo?

Es que necesito que lo que haga me emocione a mí primero. Sólo así puedo defenderlo luego en un escenario. Nada que esté en un disco mío dejará de pasar ese filtro. Me tiene que emocionar y transmitir algo. Por cierto, he empezado a escribir otra vez, lo cual es algo muy positivo para mí. Hace unos días di una charla en mi antiguo colegio de EGB [Parque de Aluche, Madrid] y una alumna me preguntó cuánto tiempo empleaba en escribir una canción… Pues mucho, meses, a veces un par de años hasta que termino una idea. Me dijo que su hermano escribía todos los días una. Qué suerte.

¿Mantiene el nexo con el grupo Calexico?

Sí, hemos pasado más de una década girando juntos. Son parte de mi familia. Mantengo el contacto pero ya no puedo tocar con ellos, al menos ahora, no sé en el futuro, nunca se sabe. Pero he tenido que dar un paso atrás.

Nacer en Aluche, vivir allí y en Carabanchel, ¿imprime carácter?

A mí me define. Casi todos los habitantes de las ciudades somos de barrio. Eso te marca a la hora de tener muy clara tu conciencia de clase. Y aunque ya no viva en el barrio de Aluche o de Carabanchel, mi discurso diario se basa en mi acento, en mi manera de ver las cosas. Y, sobre todo, me quedo con una lección que siempre me va a acompañar: en mi barrio se miraba lo que hacía la gente, no lo que decía. De la boca de la panadera podían salir sapos y culebras, pero luego era la primera que ayudaba a sus vecinos, a su entorno.

En ‘Diciembre’ participa Guille Galván de Vetusta Morla. Vuelve a hacerlo en ‘Máquina de piedad’. Es un grupo muy presente en su carrera. Huele a que acabarán creando una súper banda.

Es que los conozco desde antes de que fueran Vetusta Morla. El gremio de músicos de Madrid tampoco es tan grande. Cuando los vi por primera vez pensé que eran buenísimos… ¡y encima sus conciertos estaban llenos de chicas! A los míos sólo venían tíos. Respecto a lo de la súper banda, yo, de súper, no aportaría nada, pero ya me encantaría hacer algo así con ellos. Seguiremos colaborando, seguro. Con Guille toco de vez en cuando en proyectos paralelos.

Acabo de hablar con Pepe Solla. Dice que músicos y cocineros se llevan muy bien porque tienen afinidades comunes, como la de provocar sensaciones en el público.

La afinidad de buscar la belleza, que es un leitmotiv en todos.

El cocinero asegura que los músicos suelen cocinar muy bien.

No sé si cocino bien, pero cocino mucho porque tengo familia numerosa. Y mis hijos no se quejan mucho.

¿Qué platos?

De todo, imagina. Alguna vez, hasta cocido madrileño. Por supuesto, en invierno.

¿Cómo será su concierto en el Son Estrella Galicia Posidonia?

Actuará toda la banda, los cuatro. Espero que la gente se traiga zapatos cómodos, que vamos a mover al personal.

Esa canción que la gente le pide en los conciertos y que ya está harto de ella e incluso borraría de su cancionero.

Ninguna. Estoy agradecidísimo de que mis canciones formen parte de la vida emocional de la gente. Es el mayor regalo que le pueden hacer a un compositor. O pasear por un parque y que alguien esté tocando una canción tuya. Que un tema mío forme parte del cancionero popular es lo máximo a lo que aspiro.

Compartir el artículo

stats