El arquitecto ibicenco Elías Torres, del estudio Martínez Lapeña-Torres Arquitectes, autor del proyecto de remodelación del Paseo Marítimo de Palma, definió ayer la intervención prevista en los 3,5 kilómetros como «un paseo para el peatón». Torres dio a conocer ayer los detalles del proyecto, cuyas obras la Autoridad Portuaria de Balears prevé iniciar a partir del próximo mes de octubre, con un coste de 37,5 millones y 20 meses de duración.

Torres indicó que la superficie destinada al peatón pasará del 29,5% actual a un 39,7%. Las aceras próximas a las fachadas de los edificios, que ahora tienen una anchura de entre dos metros y medio a cinco metros, pasarán a ser de entre cinco a diez metros. De esta forma, se pretende garantizar la compatibilidad de usos como las terrazas de los bares, zonas verdes, espacios para el aparcamiento, cargas y descargas y paradas de bus, entre otras, sin interferir con el viandante.

En el lado del mar la superficie peatonal es mucho más ancha (entre 14 y 40 metros lineales), lo que permite destinar todo este recorrido a peatones y bicicletas con una total continuidad sin apenas interferencias.

Con carácter general, se propone una distribución de la superficie existente entre el mar y los edificios, que se iniciaría junto a la lámina de agua con un parterre para la plantación de arbustos con una anchura de un máximo de 2,5 metros. A continuación se sitúa el carril bici (con el mismo trazado actual, ya modificado hace un año), con una anchura de otros 2,5 metros, otro parterre de 2,5 metros más y los dos primeros carriles de circulación en dirección al centro de la ciudad, que ocuparían seis metros.

Las aceras situadas en el lado de los edificios pasarán a tener una anchura de entre 7 y 10 metros. APB

Después de una mediana de 2,5 metros se reservan otros seis metros para los otros dos carriles para el tráfico rodado en sentido contrario. De esta forma se elimina uno de los tres carriles existente hasta hace poco en cada sentido, aunque en las intersecciones de las calles o las incorporaciones a otras vías, se mantienen los tres.

La propuesta elimina también, a favor de los peatones y las zonas ajardinadas, las actuales «bolsas de aparcamientos» situadas en medio de la vía, además de las grandes isletas vegetales existentes entre los viales. De hecho, se prevé la supresión de 1.000 plazas de estacionamiento actuales, que serán compensadas con los estacionamientos en construcción de s’Aigo Dolça, el previsto en la zona del Moll Vell y por una mayor utilización del existente en Marquès de la Sènia, actualmente infrautilizado.

En el lado más próximo al mar la superficie peatonal tendrá una anchura variable de entre 14 y 40 metros. APB

Torres recordó que la reducción del espacio destinado a los coches está avalada por un estudio de movilidad que indica que es viable dicha reducción. Además, se hizo hincapié en que desde hace más de dos años la reducción de un carril por sentido de circulación (actuación prevista en la propuesta) ya ha sido una realidad, «no observándose por el momento graves problemas de tráfico».

Los dos carriles por sentido resultantes ocupan una superficie de 63.300 metros cuadrados de asfalto, lo que supone un 35% para los vehículos frente a los 107.000 metros cuadrados actuales, con un porcentaje del 58%.

Una vez realizadas las obras se mantienen las líneas actuales de transporte público, se mantienen las líneas y paradas, mejorando su espacio y a la espera de nuevas marquesinas.

El triple de árboles

La propuesta triplica el número de árboles, duplica el de palmeras y la superficie de parterres pasa de ocupar el 9,7% a un 20%. En concreto, se prevé las siembra de 1.820 árboles nuevos, 512 palmeras, 69 ejemplares trasplantados y 20 nuevas especies.