Durante sus últimas comparecencias en la Audiencia Nacional como acusado en distintos procesos pendientes, Silva Sande no sólo ha mostrado su distanciamiento con la actividad terrorista, sino sus diferencias con la dirección del PCE(r), siglas del Partido Comunista de España (reconstituido), ilegalizado por el Tribunal Supremo por ejercer de brazo político de los Grapo.

El pasado mes de septiembre, Sande compareció como testigo en un juicio por un atentado contra una emisora de la Cope en 1998. «La organización funciona como una secta, hay que tener mucha fe o ser un cretino para estar en esa secta», dijo.

Según el relato de hechos probados por la Audiencia Nacional, entre los meses de mayo y junio de 1995, los tres procesados mantuvieron en París una reunión junto al también terrorista, ya condenado por estos hechos, Enrique Cuadra Echeandía, quien recibió la orden de llevar a cabo el secuestro de una persona adinerada para recaudar fondos para la banda. Fue en aquella reunión en la que se seleccionó como víctima al empresario afincado en Zaragoza Publio Cordón.

El propio Cuadra fue el encargado de realizar las tareas de vigilancia de la víctima, así como la posterior negociación con su familia junto a otros dos miembros de la banda también condenados, José Ortín y Concepción González. Los tres vigilaron a Publio Cordón durante más de 20 días, tanto en su domicilio como en su empresa, para conocer sus costumbres, según indica el escrito del fiscal.

Fue el día 27 de junio de 1995 cuando Silva Sande, armado con una pistola, acompañado de Ortín y Cuadra abordaron al empresario cuando corría en compañía de sus tres perros. Dos días después, los terroristas se pusieron en contacto con la familia de Publio Cordón a la que solicitaron 500 millones de pesetas a cambió de la liberación del secuestrado. Esta cantidad fue finalmente rebajada a 400 millones y fijaron la ciudad de París como lugar de entrega de esta cantidad.