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El grupo de Toni Roldán proyecta escindir El Pi

Los perdedores del congreso ya han diseñado su hoja de ruta para romper la formación

Integrantes del sector ‘antimelianista’ de El Pi.

El Pi como lo conocemos actualmente tiene sus días contados. El sector al que pertenece el ibicenco Toni Roldán, autodenominado Aire fresc, que perdió el último congreso y se opone al revalidado liderazgo político del tándem formado por el diputado Josep Melià y el flamante presidente Tolo Gili, proyecta romper la formación y fundar un nuevo partido a principios de 2022.

Los ‘antimelianistas’ ya han diseñado en secreto su hoja de ruta, que recalca la necesidad de «simplificar la nueva estructura» de mando en el futuro proyecto. También ven importante «hacer partido desde el principio». El transfuguismo de varios cargos electos se antoja indispensable para el plan trazado, los que den un paso al frente se quedarán en las instituciones para dar visibilidad a la nueva marca. En una velada declaración de intenciones, Pere Soler desafió ayer de nuevo al aparato al anunciar que pese a su oposición hoy se estrenará como portavoz de El Pi en el Consell de Mallorca, y enfatizó que solo busca «ayudar desde el espacio político en el que siempre he estado, estoy y estaré».

Asimismo, los críticos ultiman la redacción de los nuevos estatutos, que «han de ser sencillos, cumplir con la legalidad». «No tenemos tiempo ni las herramientas para entrar en complejidades y debates estériles», subrayan. «Tienen que permitirnos funcionar y ser suficientemente flexibles como para poderlos modificar» más adelante, recoge la citada estrategia para la escisión, que este diario ha podido conocer grosso modo.

Entre sus objetivos, figura el «romper con los estándares de la política actual» y «no focalizar el mensaje en que somos el centro», una diferenciación de 180 grados frente a los postulados de El Pi oficial, que busca ser ese referente.

«No tenemos que focalizar el mensaje en que somos el centro», se marcan como objetivo los impulsores del cisma

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Al frente de los impulsores del cisma está el nuevo conseller insular de Mallorca, Pere Soler, que accedió al cargo tras la dimisión del expresidente de El Pi, Antoni Amengual. Los primeros movimientos de Soler forman parte del guion que concibe el Consell de Mallorca como la plataforma para darse a conocer. Junto a la exconcejala de Manacor Bel Febrer, Soler tiene ahora el control del grupo de consellers de El Pi en el Consell mallorquín.

Los ‘antimelianistas ‘también han dejado claro a la cúpula de El Pi que los tres cargos de confianza del grupo insular dejan de estar liberados para hacer trabajos de partido, como es habitual en todas las formaciones políticas.

En una carta remitida a la dirección el pasado 12 de noviembre, Pere Soler y Bel Febrer notificaron unilateralmente que el personal eventual «pasará a desarrollar la totalidad de su jornada laboral al servicio del grupo político, y cuando esta sea presencial será en las dependencias proporcionadas por el Consell de Mallorca». Estos tres liberados son afines a los ‘antimelianistas’.

La candidatura del Roldán

Así las cosas, lejos de reconducirse el conflicto interno en El Pi se recrudece. El congreso celebrado en septiembre, que dio la victoria al dúo Tolo Gili-Josep Melià, reflejó la fuerte división: Gili consiguió el apoyo de 300 afiliados (el 56,7% de los votos emitidos). Por su parte, su contrincante Toni Roldán, el candidato de los que buscan ahora la ruptura, obtuvo 229 votos (43,2%). Un resultado muy reñido que puede traducirse en los próximos meses en una fuga masiva. Los principales feudos ‘antimelianistas’ son Inca, Manacor, Consell, Ibiza, sa Pobla, Muro y Sant Llorenç.

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