El alcalde de Sant Joan de Labritja, Antoni Marí 'Carraca', admitió ayer que las administraciones «no pueden llegar a todas partes», y que poco pueden hacer si «algunos ciudadanos insisten en actuar de manera incívica». Marí reconocía de esta manera la impotencia ante las diversas concentraciones que se siguen realizando en la playa de Benirràs al atardecer, y en las que no se mantiene ningún tipo de medida sanitaria.
Estas populares timbaladas -que en su momento fueron un reclamo turístico del ‘espíritu hippy ‘de la isla- se celebran los domingos de verano. Para evitar colapsos y prevenir contagios, el Ayuntamiento de Sant Joan restringe los accesos a la playa todos los domingos desde julio hasta octubre desde las 15.30 hasta las 22.30 horas. Sin embargo, los organizadores de estas fiestas han logrado esquivar las restricciones y las celebran otros días de la semana, previa convocatoria a través de las redes sociales.
«Estoy muy satisfecho con el trabajo de la Policía Local, Guardia Civil, Protección Civil y las diversas agrupaciones que colaboran con nosotros», señaló ayer el alcalde de Sant Joan, «el problema es que hay algunos que han decidido seguir comportándose de manera incívica. Las administraciones hacemos lo que podemos, pero la gente también debería avenirse a respetar las normas».
Plantilla insuficiente
Según Marí, para hacer un control efectivo de las concentraciones en Benirràs «deberíamos tener una cantidad de efectivos que actualmente no tenemos».
Precisamente, ayer Diario de Ibiza publicó que durante diez días el municipio de Sant Joan no dispuso de ningún agente de Policía Local: la plantilla actual es de cuatro personas pero solo tres plazas están cubiertas, un agente dio positivo por covid y los otros dos, al ser contactos directos, tuvieron que permanecer unos días en casa. «Afortunadamente, tuvimos el apoyo de la Guardia Civil», señaló Marí, quien insistió en que «con los que somos, se hace todo lo que se puede».