En la Asociación intersectorial de pequeños y medianos empresarios de Formentera (Pime Formentera) lo tienen claro y así llevan diciéndolo desde el principio de la temporada: «Cerrar una hora antes no soluciona el problema, sino que provoca el efecto contrario», insistió ayer la gerente de esta entidad, Lidia Álvarez.
«La gente está de vacaciones y no se va a ir a dormir porque cierren el bar», expuso Álvarez. «Lo que van a hacer es marcharse de un restaurante o un bar donde se cumplen y se hacen cumplir las normas de prevención a un paseo, a la playa, a un apartamento turístico o a una vivienda a seguir la fiesta en un entorno mucho menos seguro», aseguró.
La gerente de Pime Formentera recordó que la isla «no cuenta con los efectivos policiales necesarios para controlar a los pocos establecimientos que no lo están haciendo bien, así que difícilmente van a poder hacer cumplir las normas cuando se produzcan estas concentraciones en playas o casas privadas». En este sentido, PimeBaleares propuso ayer en la Mesa de diálogo social que se habiliten otro tipo de efectivos, como podría ser Protección Civil, «para llevar a cabo estas labores de control de concentraciones o al menos como efecto disuasorio», concluyó Álvarez.