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Vanesa Planells: «Sin educadores sociales en las aulas, los jóvenes se quedan desamparados»

Las cinco profesionales que pierden sus empleos en los institutos a partir del curso que viene por la decisión de Educación de prescindir de la figura del educador social, reivindican su trabajo y lamentan el golpe que supone para muchas familias

Las educadoras sociales, ayer en el instituto Algarb durante la entrevista. Vicent Marí

«Este año nos hemos encontrado a los chicos con mucha ansiedad, sentimiento de soledad, aislamiento, miedo a relacionarse con los compañeros, consumo excesivo de nuevas tecnologías... Todo eso lo hemos abordado nosotras, las educadoras sociales, en las aulas de los centros», cuenta Irene Palau, una de las cinco educadoras sociales que no podrá continuar el curso que viene con su trabajo en Sa Colomina.

Vanesa Planells, Irene Palau, Sandra Ribas, Emma Descalzo y Maria Escrivà. | VICENT MARÍ

Irene, junto con Vanesa Planells, del instituto Santa Maria; Maria Escrivà, del Algarb; Emma Descalzo, de Sa Blanca Dona, y Sandra Ribas, del centro Sa Serra, son las cinco educadoras sociales que trabajan actualmente en los institutos de Ibiza. Tanto ellas como las familias de los alumnos se quejan de que la conselleria haya decidido prescindir de esta figura el curso próximo

« Nosotras no hacemos docencia, hacemos funciones preventivas y sociocomunitarias»

Vanesa Planells - Educadora social IES Santa Maria

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Función preventiva

La conselleria dictaminó que la figura del educador social se sustituiría por la de un Profesor Técnico en Servicio a la Comunidad (PTSC), pero Vanesa Planells defiende: «Nosotras pensamos que los PTSC y los educadores sociales podemos convivir, las dos figuras pueden trabajar conjuntamente como ya pasa en otras comunidades autónomas», destaca convencida. «En realidad ambos seguimos el mismo camino, hacemos funciones diferentes, pero nos complementamos». De esta forma, las educadoras destacan la importancia de ambas figuras dentro de los institutos y explican que no son excluyentes la una de la otra. Vanesa continúa: «Nuestra labor es la parte más social, trabajamos al lado de los orientadores y acompañamos a los jóvenes, no hacemos docencia sino que hacemos una función preventiva y de intervención sociocomunitaria».

3.000 Familias en toda Balears se quedarán desamparadas, 100 por educadora

Las educadoras reivindican que sin su trabajo en los centros muchas familias dejarán de estar acompañadas.

Un año difícil

La pandemia y el confinamiento han provocado un aumento considerable de trastornos y problemas de salud mental entre los jóvenes. Maria Escrivà comenta a este respecto: «Este año he tenido que hacer muchos talleres emocionales, me he encontrado con muchos casos de autolesiones, ansiedad y, sobre todo, muchísimos trastornos de conducta alimentaria (TCA). Incluso he tenido que derivar algunos casos al programa de prevención de suicidio», recuerda Maria muy preocupada. El caso más grave en el Algarb han sido los TCA, Maria explica que hay alumnas que no han podido acabar el curso porque han tenido que ser ingresadas: «Durante la pandemia todo ha sido imagen, cuidarse... he tenido que trabajar mucho con eso hasta el punto de tener que trabajar mano a mano con psiquiatras», relata Maria.


Protocolo trans

Coordinación entre educadoras y asociaciones

Maria Escrivà, educadora del Algarb, ha iniciado este año un protocolo en el centro para acompañar a un alumno trans y a su familia.


Un trabajo necesario

La pandemia ha multiplicado los problemas

Con la pandemia muchos de estos problemas se han intensificado y se ha puesto de manifiesto la necesidad de esta figura.


Jóvenes sin acompañamiento

Los centros educativos pierden esta figura

«Sin la figura del educador social se dejan de realizar acciones muy importantes», señala Vanesa Planells.

Pero no ha sido la única educadora que se ha tenido que enfrentar a problemas derivados de la pandemia. Irene ha afrontado el gran problema del absentismo y la pobreza que ha padecido Sa Colomina: «Había muchas familias este año que no tenían ni para comprar el material, en mi caso he conseguido habilitar un fondo del propio instituto para poder ayudar a familias que se encuentran en condiciones muy precarias», comenta emocionada Irene.

Problemas de convivencia

Vanesa, por su parte, ha conseguido poner en marcha, durante los cinco años que ha trabajado en el instituto Santa Maria, un programa para combatir los problemas de convivencia. «En mi instituto había muchos problemas de convivencia y nos empezamos a plantear qué recursos podíamos implantar en los centros. Entonces encontré el recurso de Tutoría Entre Iguales (TEI) de Andrés González Bellido».

« Este año nos hemos encontrado con altos niveles de ansiedad, aislamiento y miedo a relacionarse»

Irene Palau - Educadora social del IES sa colomina

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Vanesa explica que ella misma impulsó en su centro este programa, que consistía en formar a alumnos de tercero de la ESO como tutores emocionales de los estudiantes de primero e implantar sesiones contra el bullying. «El problema es que sin la figura del educador social el programa no puede continuar ni podemos implantarlo en otros centros como teníamos previsto», critica.

Para Maria Escrivà este último curso también ha sido especialmente intenso: «Este año he tenido que abrir un protocolo para un alumno trans. Nos coordinamos con dos asociaciones (Chrysallis y La llave del armario), hablamos primero con sus familiares porque el adolescente no sabía cómo abordar la situación. También hablamos con sus compañeros, porque muchos no lo entendían y hasta le ayudamos con sus papeles y el cambio de nombre», recuerda Maria muy emocionada.

« Hemos conseguido que los jóvenes confíen en nosotras y ahora nos obligan a abandonarlo»

Vanesa Planells - Educadora social del IES Santa María

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Las educadoras consideran que su trabajo en los últimos años ha sido muy provechoso. «Hemos conseguido que los jóvenes confíen en nosotras y nos da mucha pena tener que abandonar nuestro trabajo sin motivo. Hacemos un trabajo de prevención en las aulas y acompañamiento a los jóvenes y a sus familias. Si desaparece esta figura se dejarán de realizar estas intervenciones tan importantes, y más en los tiempos que corren», reivindica Vanesa con tristeza.

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