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Restauración en Ibiza: «Era incongruente quitar el toque de queda y cerrar los bares tan pronto»

El optimismo por la llegada de turistas no contagia a zonas como Sant Antoni, Cala de Bou o Platja d’en Bossa

Terrazas en la plaza del Parque de Vila el pasado mes de mayo. VICENT MARÍ

Las asociaciones pitiusas de restauración celebraron ayer la ampliación de los horarios de bares y restaurantes hasta la medianoche, a partir del próximo domingo y por espacio de dos semanas, según el acuerdo alcanzado por el Govern y los agentes sociales para continuar con la lenta desescalada en Baleares. Patronales como la pitiusa Pimeef Restauració apretaron para ampliar media hora más el cierre de una hostelería que comienza a ver la luz al final del túnel y que, además, celebra los buenos datos epidemiológicos del archipiélago, una de las regiones con la incidencia de covid más baja a nivel europeo.

La responsable de este colectivo en Ibiza, Verónica Juan, reconoce que para el sector era «importante» llegar hasta la medianoche ya que, en su opinión, «era incongruente quitar por un lado el toque de queda y, por otro, seguir restringiendo tanto la actividad».

La portavoz de Pimeef Restauració recuerda que el cierre de bares y restaurantes a las 23 horas invitaba a muchos a seguir con la fiesta en viviendas o de botellón, y confía en que en la siguiente revisión se amplíen los horarios hasta las 2 de la madrugada, como el pasado verano.

«Poder cerrar a medianoche va a tener mucho más efecto que con las anteriores medidas. Esto va cogiendo color y la sensación es de optimismo», valora Verónica Juan, antes de admitir que «está habiendo más movimiento que en junio de 2020».

A la espera de recibir al turismo británico, el principal mercado internacional en Ibiza [las patronales cruzan los dedos para que Reino Unido incluya a Baleares en su lista verde, en la revisión del próximo día 7, el tejido turístico pitiuso comienza a despertar. «Se está viendo bastante gente, coches de alquiler… y algún perfil de negocio está trabajando más que nunca. La gente lleva mucho tiempo sin gastar y, como de noche no hay nada que hacer, se entretienen durante el día», puntualiza Juan.

«Poder cerrar a medianoche va a tener mucho más efecto que con las anteriores medidas. Esto va cogiendo color y la sensación es de optimismo», valora Verónica Juan, antes de admitir que «está habiendo más movimiento que en junio de 2020».

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Joan Roig, directivo de la Associació de Bars i Restaurants d’Ibiza (ABRE), coincide en que empresarios y autónomos «son más optimistas» ante el escenario que se presenta este mes de junio, aunque critica el paternalismo con el que, considera, está tratando el Govern al sector. «Era ilógico ir de media hora en media hora, como si fuéramos niños de párvulos: ‘media horita más si os portáis bien’ [la primera propuesta del Govern era establecer el cierre de la restauración a las 23,30 horas]. Se deberían liberalizar los horarios. Si la situación sanitaria lo permite –añade Roig, ¿por qué no se aplica aquí como en otros territorios? Aquí quieren salvar la temporada turística, pero muchos no se salvarán. Al final, todo el mundo sufre pero el problema es, ¿dónde está el paraguas del Estado?», se pregunta el representante de ABRE.

Una desescalada «muy lenta»

A pesar del alivio que supondrá abrir en interiores (al 50% y con un máximo de cuatro comensales por mesa) y exteriores (al 100% y con hasta ocho personas por mesa) hasta la medianoche, Joan Roig lamenta que la desescalada en Ibiza está siendo «mucho más lenta que en la península», y afirma que para un buen número de bares «es impracticable abrir si no es hasta las 2 de la madrugada». «Tenemos constancia de que varios negocios no han podido sobrevivir. En la zona del puerto [de Vila] hay muchos traspasos y zonas como Sant Antoni, Cala de Bou o Platja d’en Bossa –donde predomina el turismo británico– están muy castigadas», argumenta.

Roig, en cambio, reconoce que «el ambiente es mejor» y, en referencia a la actividad, dice que «no hay color respecto al inicio del verano el año pasado». Además, destaca el importante aumento en el número de visitantes alemanes, franceses y holandeses. «Tenemos esperanzas, pero debemos mantener la guardia alta», resume el encargado de dos restaurantes ibicencos que, como todos, espera con ansiedad poder prolongar los horarios de cierre de sus establecimientos.

«¿Dónde están las cacareadas y anunciadas ayudas?»

«¿Las ayudas tan cacareadas y anunciadas dónde están?». Con esta pregunta deja claro su malestar el representante de la asociación ABRE Joan Roig. El empresario ibicenco critica el retraso en el reparto de las ayudas directas del Gobierno central a las pymes perjudicadas por la pandemia, después de casi un año y medio de pura supervivencia. La transferencia a Balears, superior a los 800 millones de euros, no se verá reflejada en los bolsillos de los afectados hasta dentro de varias semanas. Será a partir del 14 de junio cuando se puedan empezar a presentar las solicitudes de las ayudas que, según las previsiones del Govern, podrán llegar a 1.630 empresas y 5.036 autónomos de Ibiza y a 176 empresas y más de 300 autónomos de Formentera. «La ayuda estatal no llega, ni tampoco la de los ayuntamientos. Llevamos año y pico de retraso. Mucha gente ya no está y otra desaparecerá si no tiene apoyos», advierte Guillemis.

Verónica Juan, por su parte, reconoce que las fechas previstas cuando se anunció la aportación del Estado «eran más optimistas», aunque desde un punto de vista «realista» era lo que «barajaban» en Pimeef Restauració. La patronal ibicenca, subraya Juan, sigue ayudando a los negocios del sector a cumplimentar la documentación requerida para optar a las ayudas, en una convocatoria que se abrirá el próximo día 14.

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