La consellera de Presidencia, Pilar Costa, advirtió ayer de que «cualquier flexibilización [de las medidas restrictivas] de cara al futuro debe ser más lenta y paulatina que como se ha hecho hasta ahora».

La ibicenca, portavoz del Govern, dio a entender que hay escasas posibilidades de que el 13 de febrero, cuando concluyen las restricciones de movilidad que se aplican en las Pitiüses, se decrete el fin del cierre perimetral (que impide la entrada y salida de las islas salvo por causas justificadas) o del toque de queda, entre otras medidas prorrogadas el pasado viernes.

«Habrá que valorarlo y ser muy prudentes, hay que ver cómo evoluciona la situación. Somos conscientes de que el cierre perimetral trastoca la movilidad de la gente», dijo Costa tras visitar el pabellón deportivo de Santa Eulària, en el que se lleva acabo el cribado de la población de ese municipio y el de Sant Joan.

Costa señaló que «no hay un número concreto de incidencias» a partir de las cuales el Govern decida que se pueden flexibilizar las medidas. Lo que sobre todo tiene en cuenta el Ejecutivo balear es «la tensión hospitalaria». Y la que soporta actualmente Can Misses es enorme: «El hospital vive una situación muy delicada. Lo que ocurra allí tendrá una influencia fundamental a la hora de tomar decidiones que supongan una flexibilización de las medidas que hay ahora, como el cierre perimetral», avisó la portavoz del Govern balear.

Respaldó esa afirmación Francesc Albertí, subdirector de Atención Hospitalaria, que acompañó a Costa en la visita: «El índice de contagios es una cifra importantísima. Y la traducción hospitalaria de su bajada no se produce hasta pasadas dos o tres semanas. Incluso en Mallorca, donde el índice es más bajo ahora que aquí, no se relajará nada de momento. No es hora de relajarse». Porque a juicio de Albertí, «es importante que no se haga una desescalada rápida y que, cuando esta empiece, los hospitales tengan menos tensión que la que soportan ahora».

Ayer, esa incidencia acumulada a la que hacía referencia Albertí era, a 14 días, de 2.167 casos por cada 100.000 habitantes en Ibiza. En los últimos siete días, de 891 casos, y la tasa de positividad, del 10%. En Formentera también era elevadísima: 1.106 casos a dos semanas vista; a una semana, 454 casos, con una positividad del 15,54%. En Mallorca, aunque la incidencia es bastante menor (346 casos a 14 días, 137 a siete; positividad del 6,35%), no habrá cambios inminentes, según Albertí. Costa considera que los datos pitiusos reflejan «una tendencia a la estabilización», una «noticia esperanzadora» que, recalca, hay que tomar «con precaución pues aún se trata de una incidencia epidemiológica enorme».

La consellera tiene «la esperanza de que las medidas contundentes que se han tomado tengan efectos, si bien necesitarán mucho más tiempo» para que los contagios bajen a niveles óptimos. De hecho, avisa de que «durante unas semanas más habrá aún muchos ingresos de contagiados por coronavirus tanto en planta como en las UCI».