Los comerciantes del Mercat Nou han convocado para mañana jueves un parón de su actividad como protesta por las restricciones decretadas por el Govern balear al Eixample de Vila para reducir contagios por Covid- 19. Con este confinamiento, solo pueden acceder al mercado a efectuar sus compras los vecinos de la zona afectada, con lo que los comerciantes reclaman que se permita también a la gente de fuera para mantener a flote sus negocios.

«Somos un mercado de abastos que da servicio a toda la isla con productos perecederos que son de primera necesidad», subrayó ayer uno de los impulsores de esta protesta, Vicent Calbet, de Pescados Vicente. «Cuando estuvimos confinados durante el estado de alarma, sí se permitía a la gente de fuera venir a comprar, y ahora, cuando nadie se lo esperaba, resulta que solo dejan entrar a la gente del barrio», criticó.

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Pitada contra las restricciones en el Mercat Nou de Ibiza

Pitada ayer contra las restricciones.

Calbet anunció que el cierre de sus puestos anunciado para mañana será desconvocado en caso de que las autoridades rectifiquen esta prohibición y permitan a todos los clientes acceder al mercado para sus compras, aunque admite que se trata de un escenario muy improbable. Anunció que las instalaciones del mercado permanecerán abiertas y que algún comerciante ya ha anunciado que seguirá trabajando mañana, pero Calbet aseguró que la mayoría secunda la protesta y cerrará,

El pescadero se mostró especialmente crítico por la confusión creada con el anuncio de las restricciones, ya que los comerciantes no supieron hasta el mismo sábado, en su primer día de actividad tras entrar en vigor el confinamiento, que no podían acceder a comprar los residentes fuera de la zona confinada. La consellera de Salud, Patricia Gómez, había respondido el miércoles en rueda de prensa que sí se permitía entrar, solo para hacer sus compras en el mercado, a la gente de fuera del perímetro afectado.

«Fue una bofetada muy fuerte, porque perdimos mucho dinero con el pescado que habíamos comprado para el fin de semana», recuerda. «Vemos que se pasan la pelota unos a otros», lamenta. «Y luego pusieron unos controles de policía que parecía una dictadura». «Son tan poco claras las normas que han hecho que ahora resulta que yo, como trabajador del mercado, no puedo tomar un café en los bares de aquí, porque no resido en esta zona», apuntó.