El Ejecutivo balear aprobó ayer un decreto que obliga a usar mascarillas en todos los espacios públicos al margen de que se cumpla la distancia mínima interpersonal, que entrará en vigor el lunes en todas las islas. (Mira aquí todas las fotos)

La respuesta general de ciudadanos, empresarios y turistas es positiva respecto al endurecimiento de las medidas por la crisis del Covid-19, pero también hay quien no está de acuerdo. «Me parece correcto, para el problema que hay se tienen que poner todos los medios. Al principio las medidas han sido más flojas, pero se han hecho más estrictas porque parece que es lo único que ayuda a luchar contra el virus», asegura Moncho Moreno, propietario de la tienda Dsquared2, que destaca el respeto y la responsabilidad de los clientes hacia las medidas establecidas en los negocios.

En la misma línea, Ágatha Mendoza, empleada del Locutorio Maria, está de acuerdo con el decreto ya que ella trabaja de atención al público: «Pienso que se han tomado las medidas correctas ya que hay mucha gente irresponsable», considera.

Oposición al decreto

Oposición al decreto

Otros empresarios han expresado su contrariedad en cuanto a la medida sanitaria: «Estoy totalmente de acuerdo con que en sitios cerrados sea obligatorio llevar mascarilla, yo siempre voy con la mía. Pero en la calle, si no te cruzas con mucha gente, tendrías que poder quitártela», comenta Trinidad, empresaria de Formentera. Un trabajador de la avenida de España coincide con esta opinión: «Yo veo contraproducente que se pueda estar en una terraza con mucha gente tomando algo sin mascarilla y que no se pueda hacer lo mismo en la calle, tendría que depender de la densidad de gente que haya en ese momento».

Llama la atención la cantidad de gente paseando por las calles de Vila, mascarillas de todos los tipos y colores inundan la ciudad en un intento de retomar sus rutinas y vida. Aun así los transeúntes se sorprenden al ver grupos de personas en un mismo lugar, asustados porque ese tipo de situaciones han dejado de estar bien vistas en esta «nueva normalidad» que ha impuesto el coronavirus.

Parientes y amigos se congregaron ayer por la mañana en las puertas de la iglesia de Santa Cruz para despedir a un ser querido. El ambiente que se respiraba entre los ajenos al funeral era de inquietud, a pesar de que todos llevaban mascarillas; algunos transeúntes decidieron cambiarse de acera para evitar acercarse a la aglomeración. «Voy a dar la vuelta, que hay mucha gente», comentaba una señora nerviosa por teléfono.

Existe mucha confusión con algunas medidas de prevención entre los ciudadanos: «Tú vas a la playa y por ejemplo no puedes usar las duchas porque son un foco de contagio pero, en cambio, para el ticket de la zona azul tienes que utilizar la máquina. Ahí van los intereses, no sé hasta qué punto miran por nuestra salud», denuncia Ignacio, que está parado a causa de la crisis sanitaria.

Aparecen los turistas

Aparecen los turistas

El turismo empieza a resurgir poco a poco en la isla. Gerd, dueño de una tienda del puerto desde hace más de 20 años, se posiciona en contra del uso obligatorio de mascarilla: «No me parece bien. Hoy mismo me han escrito seis clientes de Suiza, Bélgica e Italia diciendo que van a cancelar los vuelos que tenían para venir a la isla, porque no quieren estar de vacaciones con la mascarilla», revela. Para él tendría «más sentido» que se hubiesen establecido medidas antes y no ahora, cuando empiezan a llegar vuelos con turistas.

Tatiana, una mujer alemana que ha venido a Ibiza para pasar seis semanas con su familia, asegura que están acostumbrados a llevar mascarilla porque en su país las medidas que se han establecido son muy parecidas: «Lo respetamos, aunque a nadie le gusta». Además hace un llamamiento al futuro, lo más lógico y consciente para ella sería que «cuando se acabe la pandemia las mascarillas fuesen obligatorias en invierno, cuando mucha gente coge la gripe, y en el médico para evitar contagios de otras enfermedades». Munir Amziren (21 años) explica que el decreto cuenta con dos partes, una buena ya que «da más seguridad» y una mala «porque tenemos que llevar obligatoriamente la mascarilla debido al incremento del turismo». También denuncia la temprana apertura de los parques infantiles, ya que representan «un gran foco de contagio».

Todos exigen responsabilidad a la hora de actuar ahora que empieza a llegar el turismo y no sólo quedan en Ibiza los residentes. Reclaman respeto y seguimiento a «rajatabla» hacia a las medidas de prevención y de seguridad establecidas ya que tienen la esperanzas de recuperar la «vieja normalidad» que se ha empezado a valorar ahora que hay que trabajar duro para recuperarla.