Parece que el confinamiento le ha cundido mucho. Comenzó en marzo con el programa 'Los AriHup'y ahora publica su primer libro, 'Con fina ironía'.

Sí, estoy deseando salir del confinamiento para descansar (ríe). Entre 'Los AriHup' y el libro he hecho más cosas. Inventé un programa que se llama 'Tú en tu casa, yo en la mía', que he emitido a través de la plataforma Instagram. Hacía entrevistas diarias con grandes personajes de este país de todos los gremios, desde Fernando Romay a Rafa ( Gutiérrez) de Hombres G, con el fin de dar a conocer cómo la gente estaba llevando su confinamiento.

Su primer libro es, precisamente, un diario de estos meses de encierro. ¿Qué lo motivó?

La idea surgió escribiendo 'Querido Diario' en mis redes sociales. Allí volcaba todas las mañanas las sensaciones con las que me levantaba después de escuchar las noticias, ver lo que tenía en casa y lo que pasaba fuera. El libro está escrito desde el 15 de marzo al 15 de mayo, son dos meses de confinamiento. Pero sigo todavía escribiendo del tema en las redes. Mientras no tengo trabajo, hago deporte, disfruto con mis hijos y escribo. Es mi manera de sacar no la rabia sino la emoción que llevo dentro.

Ha escrito obras de teatro, guiones y monólogos, pero es la primera vez que se enfrenta al reto de escribir un libro. ¿Qué tal ha sido la experiencia?

Ha sido genial porque al escribir guiones, teatro o monólogos siempre empleo el mismo hilo, la comedia, y esta vez me he dejado llevar más por la emoción. El día que te levantabas mal, cuando escuchabas que las cifras de muertos aumentaban o te enterabas de que gente allegada había perdido la vida por el coronavirus, la comedia surgía de otra manera, con otro tono. Es un libro donde las sensaciones y las emociones están a flor de piel. Por eso, al final de la obra digo que es mi diario, pero que podría ser el de muchísima gente durante esta pandemia. No es un libro de humor, pero es un libro con humor. Es un diario escrito a golpe de noticia. Cada día el Gobierno te bombardeaba con informaciones, por la mañana salía una y por la tarde, la contraria. Hago mucho hincapié en eso desde la ironía. Creo que las personas que tienen tanto poder deberían pensar mucho antes de salir a decir según que cosas.

Además de hacer mención a la actualidad, ¿en el libro refleja sus vivencias personales?

Sí, me pongo en la piel de un padre de dos niños. Mis peques, Ariadna, de ocho años, y Hugo, de cinco, son fundamentales en esta obra. Creo que es un libro en que muchos padres y madres se van a ver reflejados porque al final los niños nos han dado un ejemplo de cómo adaptarse a cada momento. A ellos, si la alegría está en casa, les da igual no salir en dos meses. Han sido los que mejor lo han pasado, con sus altibajos. En el libro también muestro la cara buena del encierro, la de frenar en seco para saborear esos pequeños momentos que nos estábamos perdiendo con este ritmo de vida a mil por hora que llevamos normalmente.

¿Cree que aprenderemos algo de esta experiencia?

Yo creo que la gente sensata, y aquí me incluyo, de esto y de casi todo sacamos una lección. La gente a la que da igual ocho que ochenta, ya lo hemos visto, en cuanto se ha abierto la mano, viva la vida. Les da igual los treinta mil muertos, no ven más allá de sus narices. Para esa gente no será ninguna lección, pero para la gran mayoría yo espero que sí.

Volviendo al tema del confinamiento, ¿cómo lo ha llevado?

En esta etapa todos hemos ejercido, y lo seguimos haciendo, de profesores, psicólogos, padres, madres...y todo eso encerrados. En mi caso, tengo facilidad para las cosas lúdicas, pero en una casa hay muchas más cosas que eso y en dos meses tienes que hacer de todo.

Acostumbrado a viajar de un lado para otro, el cambio en su día a día habrá sido drástico.

Piensa que vengo de 20 años de cómico, de estar todas las semanas viajando. Me paso la vida en la carretera, en hoteles, en platós de televisión, en teatros, actuando en bares... Jamás había estado dos meses seguidos sin salir de Ibiza y llevo trece años aquí. La dos primeras semanas de confinamiento me las tomé como unas vacaciones, pero a partir de la tercera, cuando vi que esto iba para largo,cambié el chip. Fue entonces cuando empecé a tener días, como todo el mundo, de muchos bajones.

Hablando de aspectos positivos, este parón parece que ha fomentado la creatividad.

Es verdad. En esta pandemia los artistas no habremos trabajado cobrando, pero no hemos parado, por lo menos, de entretener a la gente. Como le decía yo a mis amigos sanitarios: «Vosotros curarles el cuerpo, que nosotros les curaremos el alma». Creo que el humor es fundamental en cualquier momento de la vida, pero en estos momentos más. Un mundo sin risa es como un mundo sin amor.

¿Ya sabe cuándo volverá a la carretera?

Mi primera actuación es el 4 de julio en las fiestas de Getafe, en Madrid. La sensación será rara con tantas medidas de seguridad e higiene. Pero creo que la gente precisa salir, oír la risa, el contacto, el aplauso de verdad, el feedback. Los artistas no nos sentimos realmente vivos hasta que no tenemos un público real delante.

¿Tiene pensado presentar 'Con fina ironía' en Ibiza?

Sí, a finales de junio, lo voy a hacer en una heladería.

Por cierto, ¿habrá Festival del Humor en noviembre?

Sí, quiero que continúe, pero adaptándonos a las circunstancias. Va a ser la primera edición en once años que se haga solo con artistas de la isla. Los precios serán también más populares. Este 2020 el Festival del Humor va a sonar más que nunca a Ibiza cien por cien.