Cuando acabe la pandemia nada será igual, mucho menos en el ámbito turístico. A la vuelta de la esquina, a corto y medio plazo, aguardan cambios drásticos que afectarán tanto a las viviendas turísticas vacacionales como a los hoteles de estas islas. Los fondos inversores (buitres o no) ya merodean en busca de gangas. Son los primeros que detectan a sus presas, y estas, dado que la economía entrará en una recesión galopante, no serán pocas.

Un informe que acaba de publicar Best Hotels Spain incluso apunta a Ibiza como una de las zonas donde se esperan cambios inminentes generados por «la depresión económica». Se crearán, dice, «nuevas posibilidades», pero sólo para quienes cuenten con liquidez: «El mercado caro de bienes raíces en varias regiones turísticas de España, como Barcelona, San Sebastián, Palma e Ibiza, está a punto de experimentar un gran descenso. Muchas casas se venderán debido a la potencial crisis económica». Ante el chaparrón que está al caer, muchos propietarios «liberarán» sus segundas residencias o negocios de alquiler a corto plazo: «Las villas que se vendieron por 10 millones de euros hace solo medio año ya figuran en idealista.com por 3,5 millones de euros». El informe augura que los inmuebles de lujo «bajarán» ostensiblemente sus precios.

El vicepresidente de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Balears (CAEB), el ibicenco José Antonio Roselló, comparte esa apreciación del informe de Best Hotels: «No todos tendrán el suficiente músculo financiero para abordar esta crisis. En residencial, es muy posible que algunos propietarios se vean obligados a vender sus casas y conseguir tesorería para seguir adelante. Habrá inversores que, en un contexto de bajadas de precios, aprovecharán esta circunstancia». Quienes adquieran esos inmuebles «a lo mejor no sólo los destinan para alquiler turístico. También es posible que compren para revenderlos» cuando llegue la calma.

Gangas en el mercado

Gangas en el mercado

Roselló advierte de que «a corto plazo, la economía pinta muy mal y habrá muchos problemas de liquidez que se convertirán en problemas de solvencia» para muchas empresas turísticas. Esa circunstancia «será aprovechada por quienes sí tengan capital para comprar, y no sólo casas, sino también hoteles». Habrá gangas en el mercado y más de un fondo dispuesto a arriesgar. Eso sí, como señala un hotelero de una cadena pitiusa (que prefiere mantener el anonimato), quien haya hecho los deberes y no haya asumido riesgos estúpidos, se librará.

Posiblemente, augura Roselló, muchas cadenas abrirán este temporada, que se antoja cortísima, «un solo hotel en vez de tres». Intentarán agrupar gente en un solo alojamiento: «Porque aun abriendo fronteras, no es seguro que haya afluencia de turistas, al menos a corto plazo», debido a que muchos se quedarán sin empleo o aflorará el temor psicológico a gastar en lo que no es esencial para sobrevivir en tiempos de crisis.

«Y eso podría provocar -apunta Roselló- que alguna cadena piense en vender activos para conseguir músculo financiero». A medio plazo «asistiremos, probablemente, a una bajada del precio de los activos» y a su compra por fondos de inversión o por otras cadenas. Porque las cadenas grandes «a lo mejor tienen que adelgazar un poco», lo que dará pie «a que haya fondos de inversión interesados. La crisis puede acelerar esos fenómenos».

También acelerará otro proceso del que se venía hablando últimamente: las fusiones. El sector, se decía, iba encaminado a «un contexto de fusiones para mejorar la estructura de capital, para tener así músculo financiero». Si bien hace meses no estaba claro que eso pudiera suceder en Ibiza, al existir mucho hotel independiente, «en este nuevo contexto originado por la pandemia habrá empresas que tengan dificultades para mantenerse, a pesar de las medidas del Gobierno para que puedan disponer de liquidez». A su juicio, «habrá algunas operaciones de fusión en las Pitiusas a medio plazo».

Se trató este asunto en un foro organizado en Mallorca por la consultora y compañía de gestión de riesgos Willis Towers Watson, donde se dijo que el sector iba hacia ese contexto de fusiones: «Ahora, más si cabe».