A la espera del pico de contagios por Covid-19, Can Misses aún tiene margen de maniobra, afirma su gerente. Como los quirófanos.

¿Ésta es la peor situación a la que se ha enfrentado el hospital?

Es una situación más. Si vemos el recorrido, hace cuatro o cinco años estábamos enfrentándonos al traslado del hospital, algo muy complejo. Podemos decir que el personal está acostumbrado, tiene bagaje en reorganizar situaciones nuevas.

¿Cómo se gestiona algo así?

Con mucha coordinación, información y sobre todo el apoyo de los profesionales. Esto requiere dejar de lado tu vida y tu familia muchas horas y dedicarlas a revertir un sistema que tenía una dinámica y un engranaje. Hemos tenido que parar y darle la vuelta para que la población no se sienta desatendida y asumir todo lo que implica la afectación de los pacientes con coronavirus.

La queja de falta de material para los sanitarios es constante: no hay suficiente, tienen que comprarlo ellos, se reutiliza...

En ningún momento hemos tenido desabastecimiento. A la hora de distribuir el material estamos siguiendo estrictamente las indicaciones del Ministerio. Algunos profesionales han querido comprar, por su cuenta, equipos de protección individual en previsión de que nos pudiésemos quedar en algún momento sin, pero no hemos llegado a esta situación. Puede que hayamos ido al día, pero nunca nos hemos quedado desabastecidos. Esta semana nos han llegado 7.500 mascarillas quirúrgicas, 620 FFP2 y otras 350 FFP3. No nos hemos quedado sin material.

Pero, ¿se reutiliza?

No me consta que se esté reutilizando. Puede que una persona, de un día para otro, se reserve su FFP2 con su nombre, pero no nos consta que se esté reutilizando material.

¿Cómo están los profesionales?

Han pasado por muchas fases. Primero por una de indefensión, luego han ido comprendiendo por qué en cada estadio se les daban una serie de indicaciones y creo que ya están en una fase de adaptación a la nueva situación. Si hablamos de cómo se encuentran anímicamente, las unidades que están tratando más directamente con pacientes infectados tienen más dudas, momentos de mayor bajón, por supuesto. Para prevenir esto hemos puesto en marcha un servicio de atención psicológica para quienes necesiten apoyo y para sobrellevar las horas de trabajo y el tipo de paciente que están tratando.

¿Se han suprimido vacaciones y reducciones de jornada?

Sí, se han suprimido los permisos y vacaciones. Los profesionales de varios sindicatos se han puesto a nuestra disposición y les hemos dado funciones a cada uno de ellos. Asistenciales o de atención telefónica, en función de sus posibilidades. No nos sobran manos, todas las que vengan, bienvenidas son.

¿Y la ayuda de la gente de la calle? Hay muchas iniciativas.

Aceptamos todo tipo de ayudas. Hay empresarios que nos han ofrecido ayuda para amueblar dos plantas del edificio J porque no teníamos previsto abrirlo hasta el verano, como pronto, y no teníamos mobiliario. Hay gente que nos ofrece o hace batas, mascarillas, pantallas de protección... No hemos pedido nada, pero lo aceptamos todo. No tenemos necesidad, pero queremos tener todo lo que nos ofrezcan por si llegase un momento en que se disparase la demanda asistencial. Si el recambio de equipos de protección tuviera que ser continuo por el número de pacientes no nos gustaría llegar a la situación de otras comunidades.

¿Puede colapsar Can Misses?

Tenemos 109 camas dedicadas a infección por Covid-19: 40 en la planta de Medicina Interna F, 56 en el viejo Can Misses y 13 de UCI. Tal y como está siguiendo la curva no creo que llegue a colapsarse, pero no somos adivinos y no sabemos cómo puede propagarse. Con las medidas de confinamiento domiciliario y la colaboración ciudadana y de las fuerzas de seguridad el contagio va a disminuir.

¿Entiende que la gente esté muy preocupada?

Evidentemente. Saber que la persona de al lado puede ser un portador asintomático crea incertidumbre y cierto miedo, pero hay que lanzar un mensaje a la población: adoptando las medidas que se han repetido como el aislamiento y el lavado de manos, la protección individual es suficiente. Desmentir todo tipo de bulos que han corrido por las redes sociales nos ha llevado mucho tiempo. Si la gente quiere informarse que vaya a las fuentes oficiales, que llame al médico de familia o consulte las páginas acreditadas como las del Ministerio o Salud Pública. Los bulos provocan mucho alarmismo.

Usted fue protagonista de uno: tenía coronavirus.

Sí. Estamos en el epicentro del tema y tarde o temprano me tenía que llegar. Puedo garantizar que, de momento, gozo de buena salud.

¿Hay tantos sanitarios infectados porque se les hacen más pruebas que a la población?

Se toman muestras según dicta el Ministerio: únicamente a personal sanitario y esencial y a pacientes que vayan a ser ingresados. Con síntomas. No se le está haciendo pruebas a nadie asintomático. Por eso los positivos están saliendo entre estos colectivos. Tenemos cinco sanitarios con positivo confirmado.

Salud dijo que eran ocho.

Tenemos cinco. Se han revisado los listados y se nos habían mezclado pacientes de otras categorías.

¿Hay sanitarios que hayan pedido alojarse en hoteles para no poner en riesgo a sus familias?

De momento no tenemos un número. Estamos tanteando para ver qué profesionales quieren autoaislarse, una posibilidad que se nos ha ofrecido a través de empresarios a los que estamos muy agradecidos. Son apartamentos para vivir mientras dura esta situación de alarma. Estamos tanteando si alguno está interesado.

¿En algún momento se ha desesperado estos días?

Es inevitable. Cuando ves la magnitud de todo lo que viene, de todo lo que tienes que gestionar y sobre todo del cambio de concepto en la asistencia sanitaria... No sólo tienes que gestionar la Atención Primaria y el trabajo del hospital sino que tampoco puedes dejar atrás la parte sociosanitaria Debes dar una respuesta todos y cada uno de los enfermos que surjan en este momento y hay momentos de flaqueza. Pero somos un equipo directivo muy unido y con colaboración extrema. Eso hace que el día a día sea muy llevadero.

Cuando se recupere la actividad normal, ¿las listas de espera estarán disparadas?

Tendremos que hacer una valoración, pero quizás esto marque un antes y un después en la asistencia. Hemos instaurado la asistencia telefónica y las consultas online y está dando buen resultado. Igual cuando abramos de nuevo el sistema tradicional tendremos que plantearnos incorporarlos. Puede hacer que no se nos dispare tanto la lista de espera.

La gente mayor está preocupada por si se priorizará la atención a los más jóvenes. ¿Es así?

Los criterios de ingreso en la UCI están establecidos ahora y siempre. La Sociedad Española de Intensivistas tiene unos criterios muy estrictos en función de las técnicas que se van a aplicar a los pacientes y que van a favorecer la prolongación de la vida, su mejora e, incluso, curación. Y hay unos parámetros a partir de los cuales esas medidas no van a servir. Estos criterios van a seguir aplicándose.

¿Hay respiradores?

Sí. Tenemos más respiradores que puestos de UCI, incluyendo los que se han creado y los cuatro que se habilitarán en quirófanos si el escenario se nos complica.

La gente quiere saber si tiene o no coronavirus, pero no hay tests.

Los tests rápidos están en debate porque no se sabe si van a tener utilidad. No han llegado a la Comunitat y no sabemos si se autorizarán. Estamos a la expectativa.

¿Ve la luz al final del túnel?

Aún no hemos alcanzado el pico máximo. Esperamos que las próximas dos semanas sean complicadas. No soy capaz de decir si vamos a salir airosos de esta batalla.

¿Sale al balcón a aplaudir?

Pues no me da ni tiempo. Cuando acabo la jornada en el hospital empieza la de llamadas, consultas, miedos, resolver dudas, hablar con instituciones... Me voy a dormir con el teléfono y me levanto con él.