Los sectores del comercio y la restauración de Sant Antoni también denuncian el perjuicio que les ocasiona la oferta de ocio de día (los beach clubs)beach clubs y que, según Miquel Tur, vocal de la asociación de restauración de la Petita i Mitjana Empresa de las Pitiüses (Pimeef), «ha roto el modelo tradicional, en el que convivían las pequeñas empresas con las grandes».

El primer teniente de alcalde de Sant Antoni y responsable del área de comercio y del plan estratégico, Joan Torres, explica que, aunque «esta queja» se arrastra «desde hace tiempo», se volvió a poner sobre la mesa en la última reunión del comité ciudadano, el órgano formado por una veintena de personas para seguir el desarrollo del plan previsto hasta 2030 para reformar la localidad y cambiar el modelo turístico.

«Existe una gran preocupación porque se produce un trasvase de muchísima gente del casco urbano, donde hay entre 30 y 40 pequeños hoteles, hacia este tipo de establecimientos», lo que «distorsiona la oferta del sector comercio y restauración del interior del pueblo», según Torres. «Particularmente, creo que es mejor que la oferta de ocio sea por la noche y no por el día. Esto hace mucho daño a la oferta complementaria. Hay que ver cómo se puede reconducir esta situación o favorecer a la oferta complementaria», indica.

Discotecas al aire libre

El presidente de la Asociación de Comerciantes de Sant Antoni, Joan Ribas, también lamenta «el perjuicio» que ocasionan los beach clubs a su sector y asegura no entender por qué hace unos años se obligó a las salas de fiesta a tomar medidas para evitar que el ruido saliera fuera de sus locales y, en cambio, ahora los clubs de playa «funcionan como discotecas al aire libre». «No sé si se aplica la misma ley a todos o si existe un vacío legal», apunta.

Precisamente, la Asociación Balear de Ocio Nocturno (Abone) denuncia «la competencia desleal» que ejercen los beach club ya que ofrecen el mismo servicio que una discoteca «sin cumplir las estrictas condiciones» que la ley de actividades establece para las salas de fiesta. Esta organización reclama al Consell que ejerza la potestad reglamentaria que le confiere la ley balear turística para que regule esta actividad. Cuenta con un dictamen jurídico que señala que los beach clubs de Ibiza «se acercan más a una discoteca o sala de fiestas al aire libre que a un club de playa tal como se define en la normativa turística autonómica».

Ribas recuerda que anteriormente los turistas salían por la mañana de los hoteles para ir a la playa, regresaban por la tarde, se duchaban, salían a cenar y luego acababan la jornada en la discoteca. «Todo esto ha cambiado», apunta el representante de los comerciantes. «Ahora la gente se levanta tarde y se va directamente a los beach clubs o a las fiestas en la piscina que organiza un establecimiento de Sant Antoni. Estos turistas no pasean por las calles y cuando salen de los beach clubs, a altas horas de la noche, los comercios ya están cerrados», lamenta Ribas, quien, en todo caso, reconoce que «quizá» estos visitantes viajan a la isla en busca ahora de esta oferta de ocio diurno que ha roto el esquema tradicional del turismo.

«Una mala decisión»

El primer teniente de alcalde de Sant Antoni sostiene que fue «una mala decisión» que, en su día, con la ley turística se permitiera a los beach clubs funcionar como «si fueran una discoteca de día». «Creo que se debería regular recortando esta oferta de ocio», señala Torres, que también reconoce que el cliente de este tipo de establecimientos busca esta oferta.

«Pero nosotros tenemos que buscar fórmulas para que nuestras pequeñas y medianas empresas que tienen abierto todo el año no sufran tanto por ello. Hay tres o cuatro beach clubs que salen muy beneficiados y centenares de pequeñas empresas con el agua al cuello», añade. El primer teniente de alcalde también apunta, al igual que la asociación balear de ocio nocturno, que se debe regular esta actividad en toda la isla.

Condiciones estrictas

Miquel Tur apunta que, pese a que «se mantiene bastante la llegada de turistas», el «aumento de la oferta en general, pero sobre todo la de una serie de establecimientos de ocio por la tarde, se ha vaciado la tradicional de comercio y restauración». El representante de la Pimeef también considera que los beach clubs ejercen «una especie de competencia desleal».

«Para poner música nos piden que cumplamos unas condiciones muy estrictas, cuando hay otro sector [el de los clubs de playa] que, de facto, hacen lo mismo y cuenta con una reglamentación distinta. No casa si nos dedicamos a la misma actividad. Esto no significa que esté en contra del ocio de día, pero voy al fondo de la cuestión: que exista una reglamentación acorde a las actividades que se desarrollan».