Los mayores expertos en microalgas de España participaron el jueves en la jornada 'La proliferación de microalgas en aguas costeras' organizada por Facsa en el Club Diario de Ibiza.

Durante la apertura de la jornada, José Claramonte, director general de Facsa, manifestó que la abundancia de microalgas en la costa es uno de los fenómenos temporales «que más impacto social genera en el turismo» por lo que esta jornada «ayuda a que la sociedad conozca mejor en qué consiste la proliferación de microalgas».

Durante las ponencias, los expertos coincidieron en que «el 92% del total de las aguas de Balears presenta un estado ecológico bueno o muy bueno», en palabras del profesor de Ecología de la UIB Gabriel Moyá.

Bajo esta premisa, la jornada celebrada el jueves, intentó esclarecer las causas por las que algunas playas presentan episodios de microalgas que tiñen el agua de color verde, amarillo o marrón.

Esther Garcés, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, explicó que el color verde del agua se produce cuando las microalgas «crecen más de la cuenta», al tiempo que aseguró que «en Ibiza no existen especies tóxicas».

Respecto a las causas, una vez más lo especialistas se pusieron de acuerdo al afirmar que no hay una sola, sino varias como el aporte de nutrientes al mar procedentes de las aguas subterráneas y las aguas residuales o la ausencia de mareas en el Mediterráneo.

Gotzón Basterretxea, investigador del Instituto de Estudios Avanzados (Imedea, UIB, CSIC) expresó la dificultad para predecir estos fenómenos de proliferación de microalgas, en los que también influyen la temperatura y el viento. «El reto es predecir la aparición de microalgas», apuntó.

Ante las dificultades de saber las causas exactas y el porqué se produce la proliferación de algas, Facsa lidera el proyecto HydroAlgal, en colaboración con Imedea y la Universidad Jaume I (UJI), que estudia este fenómeno y trabaja en el desarrollo de herramientas que sirvan para evaluar, gestionar y proponer soluciones sostenibles a la aparición de microalgas.

Pablo Carratalá, personal docente investigador de la UJI, afirmó tajantemente que «matar las algas es una guerra perdida» por lo que el proyecto HydroAlgal se centra en desarrollar herramientas de simulación que permitan calcular cómo, cuándo y qué sistemas de mitigación se pueden utilizar. Por el momento, la solución más efectiva es el bombeo que impulsa el agua de un lugar a otro con lo que se diluyen y apartan las algas, explicó.

El consultor ambiental Martín Llobera, que también participa en el proyecto HydroAlgal, expresó la preocupación de las autoridades y las empresas por la pérdida de imagen y de recursos económicos así como la mala percepción de los turistas. También mostró su deseo de que exista una mayor coordinación entre todas las administraciones y destacó la importancia de informar puntualmente a los turistas y residentes sobre la ausencia de toxicidad de los episodios de microalgas.

La buena calidad del agua de Balears fue también alabada por la consultora ambiental marina Carolina Assadi, quien aclaró que «la posidonia solo sobrevive si el agua es buen» y apuntó que la mala gestión ha hecho que esta planta despareciera del mar de Valencia.

El profesor de la Universidad de Alicante Javier Aguilar aludió también a la mala gestión del agua en el Mar Menor, donde han desparecido las aguas cristalinas.

El caso más cercano fue el que detalló Diego Ponce, técnico de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Sant Antoni. «Casi todas la playas se tiñen de verde alguna vez. En Cala Tarida, Cala Vedella y Portinatx, los sistemas de bombeo están dando buenos resultados». También destacó que aunque no sabe si está relacionado o no, este verano no se ha permitido el fondeo en Cala Salada y no han aparecido microalgas.

Vicent Roig, conseller de Gestión Ambiental del Consell de Ibiza fue el encargado de inaugurar la Jornada, mientras que Marcos Serra, alcalde de Sant Antoni clausuró la sesión.