A principios de agosto, el príncipe Harry, su esposa Meghan Markle y el hijo de ambos, Archie, pasaron unos días de vacaciones en Ibiza en el marco de una viaje privado y bajo un hermético secretismo.

Aunque los duques de Susex esperaban que estas mini vacaciones no saltasen a la prensa, los rotativos británicos han comenzado a publicar el gasto que podría haber supuesto este viaje. Al parecer, los días que el matrimonio ha pasado en la isla (del martes 6 de agosto al lunes 12) les ha costado a los contribuyentes británicos entre 50.000 y 100.000 libras (entre 55.000 y 110.000 euros), incluyendo el vuelo, el alquiler de la villa y la seguridad personal.

Lo que ha provocado un gran revuelo en Gran Bretaña, donde incluso un periodista radiofónico ha llegado a aseguar que los duques se han convertido en "la pareja real más impopular", es la publicación del Daily Mail en la que se informa de que Harry y Meghan volaron a Ibiza a bordo de un jet privado, caro y nada ecológico, cuando el príncipe recientemente participó en un evento (el megaexclusivo Camp Google) donde pronunció un apasionado discurso contra el cambio climático y la defensa del medio ambiente.

Según el rotativo británico, la pareja llegó a Ibiza a bordo de un Cessna 500 XL de nueve plazas alquilado por unos 22.000 euros a la compañía Net-Jets, conocida como "el Uber de los millonarios". Esta aeronave genera siete veces más CO2 por persona que un vuelo comercial.