El 40% de las aguas que pasan por la red de saneamiento pública en las Pitiusas se vierte al mar con una depuración deficiente, según pone de manifiesto el estudio presentado ayer p0r el Grup d'Estudis de la Naturalesa (GEN-GOB Ibiza). El informe sobre la gestión de las depuradoras se basa en los datos del trienio 2013-2016 de las once depuradoras de las Pitiusas gestionadas por la Agencia balear del agua y la calidad ambiental (Abaqua), la empresa pública dependiente del Govern balear.

«Hemos analizado las once depuradoras de Abaqua, pero existen muchas más de ámbito privado sin un control del nivel de contaminación que vierten al mar», alertó el portavoz del GEN, Marià Marí. Así, el estudio del grupo ecologista revela que la red de saneamiento ha arrojado al mar una media de 5,5 millones de metros cúbicos de aguas mal depuradas y que «no cumplen los requisitos mínimos que marca la legislación ambiental».

«Los datos objetivos demuestran que casi la mitad de las aguas residuales se vierten al mar y eso es una barbaridad», advirtió el coordinador de la Alianza por el Agua de Ibiza y Formentera, Juan Calvo. Además, esta situación se produce cuando «Europa y España ya han entrado en el siglo XXI con la reutilización del agua, mientras que Balears se ha quedado atrás», lamentó Calvo. «El agua de las depuradoras se debe destinar a usos agrícolas o medioambientales», resaltó.

Según los datos aportados por el GEN, el 60% de las aguas residuales de las Pitiusas se someten a un sistema de depuración terciario, que debería permitir su reutilización. Sin embargo, solamente se aprovecha el 7%. «No tiene sentido desalar el agua, que es muy caro, para después volverla a tirar al mar en vez de reutilizarla al máximo», denunció Calvo.

Vila y Can Bossa

El estudio sobre la depuración de las aguas residuales fue desgranado por el técnico del área marina del GEN, Xisco Sobrado, que se centró en las dos plantas con un funcionamiento más deficiente: la de Vila y la de Can Bossa. En el caso de Vila, se trata de una estación construida en el año 1999, que «incumple sistemáticamente los valores legales de vertidos» durante el periodo de estudio, que se encuentran «muy por encima del máximo legal que marca la legislación».

De esta manera, la depuradora de Vila habría llegado a verter 22 millones de metros cúbicos de agua contaminada al mar. Respecto a la de Can Bossa, los análisis indican que no vulnera los valores legales, aunque, según el GEN, también arroja agua deficientemente depurada al mar.

Indicadores

Así, el pasado 22 de agosto se detectó que la demanda biológica de oxígeno de las aguas que vierte al mar, uno de los baremos usados por Abaqua, se situaba en 554 mg/l cuando la legislación marca que este índice no debe superar los 25 mg/l. El otro indicador para analizar la contaminación, la demanda química de oxígeno, arrojó resultados de 550 mg/l, cuando no puede superar los 125 mg/l.

El informe del GEN también presenta una serie de propuestas para mejorar el funcionamiento de las depuradoras y de la gestión del agua, centradas en adaptar las plantas a la población real de las Pitiusas, implementar el tratamiento terciario y priorizar la reutilización para fines agrícolas y medioambientales.