El equipo de gobierno de Sant Antoni no parece dispuesto a impulsar la llegada de cruceros a las instalaciones portuarias, según evidenciaron tanto el alcalde, Josep Tur, Cires, como el edil de Economía, Francisco Tienda, durante el debate de una moción presentada por el PP en el pleno celebrado ayer. Es más, consideran que la presencia de ese tipo de embarcaciones requeriría «cambios estructurales en el puerto que implicarían un problema medioambiental», según subrayó Tienda, que se refería a las «ampliaciones» que serían precisas para que pudieran atracar los de mayor eslora.

La moción del PP, defendida por el exalcalde Pepe Sala, proponía someter el futuro del puerto a «una consulta popular» y, hasta que esta se celebrara, instar al Parlament balear a suspender la tramitación de la ley en la que se ha incorporado la supresión de toda actividad comercial en esas instalaciones, de manera que no podrían atracar barcos cargados con mercancías, ni siquiera con automóviles particulares, según la lectura que hacen de ella los populares.

En el PP temen que el articulado de esa proposición de ley excluya aquellas embarcaciones que, además de pasajeros, porten automóviles privados. Sala también reprochó al equipo de gobierno que, pese al acuerdo inicial, no haya movido un dedo para «promover la llegada de cruceros, ni publicitando esa posibilidad en ferias del sector o con las compañías que prestan servicio, ni instando su declaración como puerto Schengen».

Desde el equipo de gobierno dejaron claro que no está en su ánimo facilitar la llegada de cruceros ni ferris cargados de vehículos, aunque sólo sean los de los pasajeros. «No le veo ningún beneficio real» para Sant Antoni que atraquen ese tipo de barcos, dijo Tienda. En el caso de los cruceros porque, a su juicio, todos los turistas «que vienen un solo día a la isla acuden a visitar el Patrimonio de la Humanidad», no Sant Antoni. El edil de Turismo, José Antonio Ferragut, sentado enfrente, observó impertérrito cómo su compañero de equipo de gobierno acababa de hacer añicos su estrategia turística de los últimos años.

Tienda apuesta por los «usos tradicionales y turísticos» del puerto, dejando que de los comerciales se ocupe el de Ibiza. La razón para ese rechazo la expuso el alcalde, que a su vez es presidente del Club Náutico de Sant Antoni: «¿De qué viviremos si las aguas se transforman en chocolate como las del puerto de Vila?», dijo, posiblemente sin tener en cuenta que el alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, de su mismo partido, el PSOE, no tardará en llamarle para pedirle explicaciones en cuanto lea esta frase.

«Desastre medioambiental»

«Desastre medioambiental»Porque, según Josep Tur, sería «un absoluto desastre medioambiental» permitir los usos comerciales del puerto, especialmente para la bahía, cuyas aguas «podrían ser como las de Vila [entiéndase, «de chocolate»] si se permite» que atraquen barcos cargados de mercancías y cruceros. Por varias razones: las hélices de esas enormes naves «remueven» los fondos y fangos, de manera que las cristalinas aguas de Portmany se volverían marrones; por «los accidentes que provocan», por ejemplo «en es Caló des Moro», en referencia al oleaje que levantan algunos rápidos, especialmente los catamaranes; y por el «tráfico de vehículos que colapsa el pueblo» en cuanto los ferris descargan el contenido sobre cuatro ruedas que albergan sus bodegas.

Para el alcalde, todos los problemas que generarían tanto el tráfico comercial como los cruceros no compensan al municipio. Sólo benefician, afirmó, a un par de compañías que quieren ganar dinero durante «sólo dos meses y medio».

En su moción, el PP admite que ha reculado respecto a la decisión que adoptó en el pleno del 30 de marzo de 2017, cuando apoyó una moción en la que se hablaba de «consolidar el puerto de Sant Antoni como esencialmente deportivo, pesquero, lúdico y turístico, libre de transporte de mercancías», si bien se incluía en esa moción la posibilidad de «compatibilizar el tráfico exclusivo de pasajeros con la llegada de cruceros». Ha dado marcha atrás después de que los trabajadores de Ports de les Illes se quejaran de «esa medida restrictiva» y tras recibir «múltiples muestras de oposición ciudadana».

Sala detalló que los populares dieron su apoyo a aquella moción en 2017 porque, pese a sus «reticencias iniciales», comprobaron el apoyo que recibía de los representantes de algunos sectores sociales del municipio. Pero vista la oposición posterior, el popular cree que quizás no estaba representada en esas reuniones toda la sociedad de Sant Antoni. De ahí que el PP propusiera ayer la celebración de una consulta popular para comprobar qué opina la mayor parte de la población. PSOE, Reinicia y El Pi la tumbaron.