El alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas, manifestó ayer personalmente a los vecinos afectados por los vertidos de aguas fecales en las fincas agrarias de Prat d'en Fita, en el Parque Natural de ses Salines, que «el Ayuntamiento está abierto a estudiar reclamaciones de responsabilidad patrimonial» por los daños causados en las cosechas.

Marí Ribas explicó a las 15 personas que asistieron a la convocatoria del equipo de gobierno que el problema de los vertidos se debe al «extraordinario» aumento del caudal del colector que llega a la depuradora de Can Bossa cuando llueve. El Consistorio, que ha asumido la responsabilidad de esta anomalía, desconoce en qué tramo de esta canalización se infiltra el agua de lluvia, por lo que ha abierto una investigación para aclararlo.

Marí Ribas destaca la actitud, «muy correcta», de los afectados, pese a ser consciente de que están «enfadados, y con razón» con este problema. El alcalde dijo que tanto a los técnicos como a los vecinos les resulta «extraño» que cuando llueve por el torrente de Ca na Parra «no corre el agua». «Ya sea por la autopista u otra cosa, en algún punto se infiltra en el colector. Hay algo que no funciona bien», indicó el alcalde, al tiempo que anunció «una muy necesaria limpieza del torrente» por parte del Govern.

Sobre el retraso en la adopción de medidas, Marí Ribas reiteró que pensaba que el problema radicaba en las bombas de la depuradora que competen a Abaqua, empresa pública del Govern balear. Explicó que hasta que no se convocó la reunión con los técnicos de este organismo, tras el revuelo mediático por los vertidos, no tuvo conocimiento de los incrementos anormales del caudal del colector.

Precisamente, los vecinos destacaron que no se entiende que Abaqua, que es la que dispone de esta información, no la hubiera trasladado antes al Ayuntamiento y le instaron a que protestara por ello. Esta situación se arrastra desde hace años.

Los afectados también preguntaron por qué el Ayuntamiento no ha analizado el agua ni la tierra tras los vertidos. El alcalde se mostró dispuesto a hacerlo en tres o cuatro meses para evaluar la evolución de la contaminación por fecales.