La recolección de sal en ses Salines se inició el pasado día 3, dos semanas antes de lo habitual, con una reducción en la producción del 15% en los cuatro primeros estanques en los que se ha intervenido. El director de Salinera Española en Ibiza, José María Fernández, atribuye este descenso en la cosecha a las consecuencias de los últimos temporales, que han hecho «un poco de daño», y a que el invierno fue «lluvioso».

En todo caso, la previsión es que, al final, la cosecha de esta temporada alcance un total de 45.000 toneladas, unas 3.000 menos que la anterior, que ya estuvo por debajo de las 50.000 toneladas, el umbral que marca cuando la recolección se puede considerar buena.

Del mismo modo, la venta de dicha cantidad de sal determina si el ejercicio resulta o no «correcto», según Fernández. El año pasado (entre junio de 2016 y julio de 2017), Salinera Española vendió 48.000 toneladas de su producción en ses Salines de Ibiza, lo mismo que cosechó.

Las reservas de sal actuales (la montaña visible desde la carretera) se sitúan en 50.000 toneladas. En esta temporada, Salinera Española prevé comercializar algo más de 50.000 toneladas de su producción en Ibiza. Los principales clientes se encuentran en Islas Feroe. Cada año compran la misma cantidad, entre 15.000 y 20.000 toneladas de sal, que se destina a la salazón del bacalao. Estos no fallan nunca, según Fernández, aunque la venta siempre depende de la pesca.

Nuevos clientes

Aparte, Salinera vende sal en Galicia y Portugal para deshacer el hielo en las carreteras en invierno. Precisamente, tras «un tiempo de gestiones, poco a poco van cuajando» otros clientes ingleses y franceses. Este año ya se han enviado dos barcos a Inglaterra y otro a Francia (Saint-Malo, en Bretaña) para el deshielo también de vías. Estos pedidos, que se preveían para noviembre, se han adelantado unos meses.

Por otra parte, el director de Salinera en Ibiza apunta que, desde junio del año pasado, cuando el Govern convocó la última reunión para reactivar la comisión salinera que debe elaborar el plan que regule la extracción de sal en el Parque Natural, no ha recibido ninguna comunicación más. Entonces, en junio de 2017, la conselleria balear de Medio Ambiente calculaba que en el plazo de un año debería estar listo dicho documento, que, según el Plan Rector de Usos y Gestión (PRUG) del Parque Natural, debería haber entrado en vigor hace 12 años. «No ha habido nada», lamenta Fernández.

El retraso en la aprobación de este documento impide las actuaciones de mantenimiento de los estanques salineros, lo cual condiciona también, aparte de la meteorología, la producción de sal. El mal estado general de la explotación salinera provoca que se recojan unas 15.000 toneladas al año menos, según Fernández.