La propuesta para construir un emisario específico para las aguas hipersalinas procedentes de la desaladora de Vila se contempla desde el Consell de Ibiza como un último intento para salvar la pradera de posidonia frente a s'Illa Plana donde ahora se vierte la salmuera, que ha provocado la desaparición de buena parte de su superficie. «Si no queda más remedio a nivel técnico, hemos apostado por este nuevo emisario, porque las primeros opciones eran otras», explica el técnico de Biodiversidad del Consell, Jaume Estarellas.

Así, según figura en la propuesta que eleva el departamento de Territorio y Mobilidad del Consell para la revisión del Plan Hidrológico de Balears, las medidas iniciales presentadas desde Ibiza han sido desestimadas por ser «inviables técnicamente». «La primera opción era que la salmorra de la desaladora se evacuara a través del nuevo emisario de la depuradora», recuerda Estarellas.

Sin embargo, desde el Govern balear se objetó que «por temas técnicos y de dilución no era factible», así que los técnicos del Consell presentaron una nueva solución para salvar la posidonia que nace frente al acantilado de s'Illa Plana.

«La otra acción proponía construir una estructura junto a la depuradora que sirviera para llevar a cabo una dilución previa con agua de mar para recudir la salinidad de ese caudal y evacuarlo a través de la depuradora, pero tampoco fue viable porque nos dijeron que no había espacio suficiente».

De esta manera, «no queda más remedio que construir un nuevo emisario que vaya fuera de la posidonia, porque se está vertiendo directamente sobre ella y le está haciendo mucho daño», sentencia Estarellas.

Por su parte, desde la conselleria de Medio Ambiente del Govern balear se han limitado a indicar que «se evaluarán todas las propuestas que presente el Consell de Eivissa».

La petición que eleva el Consell incluye un estudio que busque un área «lo más cercana posible donde no haya posidonia para acabar con la afección que está sufriendo», sentencia Estarellas. En este sentido, recuerda que «hay emisarios como el de Santa Eulària que no necesitan llegar a mucha profundidad porque se encuentran en una zona de arena».

Retroceso desde 1994

La salmuera de la desaladora de Vila empezó a arrojarse a los pies del acantilado de s'Illa Plana en 1994, cuando entró en funcionamiento la planta. Desde entonces, la pradera de posidonia empezó a retroceder de manera preocupante, según advertía ya un informe técnico del Consell de Eivissa elaborado en el año 2013.

Ese documento comparaba imágenes aéreas de 1989 con otras posteriores a la entrada en funcionamiento de la planta potabilizadora, que muestran claramente cómo «la magnitud del impacto producido por el vertido no se puede obviar, porque ha supuesto la completa desaparición de una importante superficie de posidonia en un hábitat donde estaba bien conservada». Además, la proximidad del vertido a los arrecifes de posidonia de Talamanca tendría que hacer que se extremasen las precauciones para evitar daños, debido a su valía y fragilidad», sentencia ese informe de 2013, que recuerda que la pradera de esta zona está incluida en los elementos naturales protegidos por la declaración como Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

La desaladora de Ibiza vierte un caudal de salmuera que oscila entre los siete mil hasta los 13.000 metros cúbicos en los momentos de máxima producción, con una salinidad de entre 50 y 70 gramos por litro.