Servicios insuficientes, autobuses antiguos, paradas sin información y retrasos en las salidas. El transporte público en Eivissa concentra numerosas críticas de los turistas este verano. «Hay autobuses que no están, aunque llegues unos minutos antes, simplemente no pasan», explica con indignación Laura Benítez, una turista procedente de Málaga de 24 años que se hospeda en Santa Eulària durante sus vacaciones, mientras espera en la parada de la avenida Isidor Macabich de Vila.

La mayoría de los visitantes consideran que el número de frecuencias es muy bajo en comparación con la elevada demanda de los meses de verano. Otras quejas en las que coinciden los visitantes consultados son el mal estado del interior de los vehículos y la mala climatización. «Hace mucho calor dentro del autobús», denunciaban las coruñesas Patricia Casares Pardo, de 29 años, y su amiga, María González Martínez, de 34, que llevan sólo dos días en la isla, después de haber visitado Mallorca.

Patricia lamenta la escasa información que reciben los usuarios en las paradas,y añade que ni siquiera la propia aplicación para móviles del Consell sobre el servicio de transporte terrestre despeja sus dudas. Su amiga María coincide con ella y explica: «Hemos descargado la aplicación, pero aun así nos ha costado encontrar la parada y seguimos sin estar seguras de estar en el lugar», mientras esperan al bus de ses Salines. «Estaría bien que estuviese más actualizadas las paradas, por lo menos debería haber pantallas para ver el tiempo que le queda al autobús para llegar», critica María. «El autobús anterior lo perdimos a pesar de llegar a la hora indicada, esperemos que no se repita de nuevo», cuenta por su parte Jaime Rodríguez, un madrileño de 49 años en la parada del autobús que va a Sant Antoni.

Vehículos viejos

La parada de Isidor Macabich es una de la más frecuentadas por turistas y la mayoría coincide en señalar la antigüedad de algunos vehículos. «Los autobuses parecen sacados de una película antigua, es preocupante que un lugar tan transitado ofrezca estos servicios», sostiene Burak Fossoul, un tunecino de 26 años de vacaciones en la isla.

A menudo las quejas se dirigen a la falta de autobuses. «No he tenido problemas con encontrar la parada, pero sí que diría que las frecuencias son suficientes», considera Ana Carbone, una italiana de 33 años que va a pasar su tercer día en la isla y que se aloja en ses Figueretes. «El sábado estuve en Sant Antoni y a la vuelta tuve que coger un taxi con mis amigas. Los buses estaban colapsados, deberían tener más frecuencia en horas punta», explica Carbone.

Para los turistas los servicios de transporte en la isla siguen sin ser suficientes, sobre todo para aquellos que vuelven a sus alojamientos a altas horas de la madrugada. «Los precios resultan adecuados, pero no son buenos los servicios que ofrecen, sino más bien deficientes», denuncia Laura Valiente, una alicantina de 45 años antes de salir hacia Sant Miquel junto a su familia. «Nos encanta Eivissa, este es nuestro tercer verano aquí, pero hay cosas que se pueden mejorar» en el servicio de autobuses, lamenta Valiente.