Empujar una silla de ruedas por un descampado no es tarea fácil. Pero Marga Roselló lo hace. Cruza todo el solar de sa Joveria que se utiliza como disuasorio del hospital con la silla de Paco Valverde hasta llegar a su coche, que ha dejado casi al final, donde ha encontrado sitio. Lo hace siempre que van a Can Misses: «Si el aparcamiento de pago tuviera un precio normal, como la zona azul, aún lo usaría, pero más de dos euros por hora es carísimo».

Marga y Paco han estado algo más de dos horas en Can Misses, lo que les hubiera costado unos cuatro euros y medio. Ninguno de los dos quiere pensar, siquiera, en la posibilidad de que el Ayuntamiento de Ibiza acceda a la pretensión de la concesionaria del aparcamiento de pago, CP Plus, que ha solicitado el cierre del solar al considerar que les quita clientes. Marga recuerda que el aparcamiento de pago del hospital de Son Espases, en Mallorca, «es mucho más barato» y que, además, el hospital facilita más el acceso de las personas con problemas de movilidad. De hecho, precisamente ayer el Govern balear anunció que el aparcamiento del hospital mallorquín, donde ya se negoció una rebaja de las tarifas, se ampliará con 525 plazas gratuitas para los usuarios. «Si lo cierran, daremos más vueltas», concluye Marga antes de montarse en el coche.

Esto mismo, lo que sea menos pagar el parking, están dispuestos a hacer Maria y Toni, ya jubilados y residentes en Santa Eulària. «Desde que descubrimos el terreno siempre dejamos el coche aquí», apunta Toni. «Antes dábamos mil vueltas o lo dejábamos en la zona de las piscinas», continúa Maria, que es la que se muestra más combativa de los dos. Si lo cierran, lo tiene claro: «Volveremos a dejarlo lejos o, aunque tardemos más, vendremos en autobús, que tenemos la tarjeta dorada».

Son las doce del mediodía y en el solar hay alrededor de un centenar de coches aparcados. Si todos ellos estuvieran en el aparcamiento de pago supondrían unos 210 euros por hora para CP Plus, empresa que no atendió ayer a las llamadas de este diario para preguntar por la situación del aparcamiento. Teniendo en cuenta que las horas de más actividad en el hospital son de 9 a 14 horas, estos coches podrían suponer un mínimo de unos 1.050 euros por día. Por el Hospital Can Misses pasan entre consultas, operaciones, pruebas diagnósticas, urgencias y hospitalizaciones unos 920 usuarios al día, a los que habría que sumar acompañantes y visitantes. A pesar de esto, durante buena parte del día el aparcamiento subterráneo del hospital está bastante vacío.

A Míriam López no le extraña. Cruza el solar acompañada de su padre, que se apoya en un bastón. Han tenido suerte y han podido dejar el coche a la sombra del único árbol de la explanada. Hace tres días que tienen a un familiar ingresado: «Estamos todo el día entrando y saliendo, si tuviéramos que pagarlo... Hay un máximo de 12 euros al día, pero si vas sumando días y luego los 20 euros de la televisión...». Tanto ella como su padre consideran que las tarifas del aparcamiento son «una barbaridad» y no están ajustadas «a los sueldos» de los ciudadanos.

«¡Están las pensiones para eso!», exclama Juan, que acaba de aparcar cuando se le comenta la pretensión de la propiedad del aparcamiento. «Lo que quieren es obligarnos a pagar. Pues entonces, que fuera más económico», añade antes de afrontar a buen paso el trecho hasta el hospital acompañado de Pilar. «Lo que cobran, 2,10 euros la hora, es una barbaridad», coincide Miguel Almeida, que acaba de aparcar a pleno sol y que no entiende que se permitan tarifas semejantes en un lugar como un hospital, al que «nadie va por gusto».