El Ayuntamiento de Sant Josep desmantelará la planta desaladora portátil de ses Eres, que desde 2007 funciona para abastecer a la zona de Sant Jordi, y pondrá fin al funcionamiento de una instalación que ha provocado todo tipo de quejas por las averías que sufre y porque inyecta la salmuera en la red de alcantarillado, causando así problemas en las depuradoras cercanas.

El concejal de Urbanismo de Sant Josep, Ángel Luis Guerrero, confirmó ayer a este diario que la planta será desmontada tan pronto como el Ayuntamiento haya concretado el presupuesto de esta actuación, que ya ha solicitado a la empresa que presta el servicio, Aqualia. En todo caso, Guerrero señaló que el coste del desmontaje no condicionará su materialización: «El desmantelamiento se hará sí o sí», aseguró.

Según calculó, la supresión física de esta potabilizadora tendrá lugar dentro del primer trimestre de 2018, momento en que esta instalación pasará a convertirse en una especie de taller para los técnicos que trabajan en la desalación de agua de mar.

El concejal afirmó que la planta de ses Eres está «totalmente inoperativa» desde el mes de agosto de este año, cuando se comprobó que había suficiente caudal con el que llegaba desde las desaladoras de Vila y Sant Antoni. Desde entonces está «inoperativa al ciento por ciento», afirmó Guerrero, quien añadió que a ello ha influido notablemente el hecho de que se haya estropeado uno de los dos motores con que cuenta la planta. «No es posible arrancarla; está rota», afirmó.

En todo caso, admitió que antes de agosto la planta se iba poniendo en marcha cada quince días durante media hora para evitar que los filtros se dañaran y garantizar el mantenimiento de la maquinaria.

De hecho, el equipo de gobierno anunció en junio que no descartaba reactivar esta instalación en caso de necesidad, pero, al parecer, la evolución de los acontecimientos en los últimos meses ha permitido satisfacer la demanda de todo el municipio con agua procedente de las desaladoras de Vila y Sant Antoni.

A pesar de que la planta de Santa Eulària aún no ha entrado en funcionamiento y no hay tampoco fecha fija para ello, el concejal de Urbanismo afirmó que «los consumos, en invierno, han bajado y con las dos desaladoras actuales en marcha hay agua más que suficiente».

A la espera de Santa Eulària

En cambio, la portavoz del Partido Popular en Sant Josep, Neus Marí, afirmó que «hasta que no estén conectadas las tres desaladoras, no hay agua para abastecer a todo el municipio», por lo que criticó el anuncio hecho hace ya tiempo para prescindir de la desaladora de ses Eres. «Era absurdo en aquel momento y lo sigue siendo ahora», consideró.

También recordó que en octubre de 2016 el equipo de gobierno «se hizo la foto» desconectando la planta de ses Eres, pero se preguntó «qué significaba esa foto, pues todo siguió igual» con posterioridad.

«No sé si durante este verano ha funcionado o no la potabilizadora de ses Eres, pero me extrañaría que no lo hubiera hecho», añadió Marí.

Tanto ella como Guerrero admitieron las limitaciones de esta instalación, «que se suponía que tenía carácter provisional, pero ya se sabe lo que pasa con las cosas provisionales». La desaladora capta el agua de un acuífero fuertemente salinizado y, además, lanza la salmuera al alcantarillado público. Este hecho fue denunciado recientemente por la Alianza del Agua, que alertó de los problemas que esto provoca en las depuradoras a las que va a parar la red de saneamiento.

Ayer, el directivo de esta plataforma Rafel Tur insistió en la necesidad de suprimir esta desaladora para acabar con los problemas de salinización que ocasiona.