En Navidad aflora la sensibilidad y solidaridad de la ciudadanía y de las instituciones políticas y empresas y asociaciones organizan campañas de donación de juguetes o alimentos. Sin embargo, después de la festividad de Reyes muchos regresan a su rutina y se olvidan de que las personas en riesgo de exclusión social necesitan ayuda todo el año, no sólo en Nochebuena y Nochevieja. En 2016, Cáritas preparó 38.325 menús, que se sirvieron en sus comedores sociales de Vila, Sant Antoni y Santa Eulària. Además, las cenas para los usuarios del albergue también las dona esta entidad social. En total, una media de 90 personas al día se beneficiaron de estos menús. En la única Cáritas Parroquial que se sirven comidas y cenas es en la de Sant Antoni.

«Con el dinero que recibimos de la Mesa de Exclusión Social sólo podemos pagar las cenas. Para ofrecer los almuerzos hay que tener más recursos», explica el coordinador de Cáritas Diocesana, Gustavo Gómez, que señala que esta cifra no se reducirá en 2017. Asimismo, añade que necesitarían más ayudas para este colectivo, ya que los récords turísticos que se alcanzan cada temporada en la isla no repercuten en la mejora de la vida de los más vulnerables. Por ello, desde esta entidad social reclaman que se solucione el problema de la vivienda en Ibiza, cuyos altos precios dificultan su acceso.

En concreto, en el comedor social de Sant Antoni Cáritas se reparten cada día 15 almuerzos y 15 cenas y en Santa Eulària, 15 cenas. En Vila, Cáritas sirve 20 menús en el Centro de Acogida Municipal y 40 en el comedor social de la calle Carlos III. «Sobre el papel, atendemos a 40 usuarios, pero hay días que servimos cena a tres o cuatro personas más», señala Gómez, que añade que si contaran con más plazas y recursos, atenderían a más ´sin techo´. «Nuestros comedores siempre están llenos y solemos tener más peticiones a finales de verano, cuando termina la temporada», explica el coordinador de Cáritas.

En cuanto al perfil de los usuarios que asisten a los comedores, la trabajadora Social de Cáritas Sant Antoni, Silvia, explica que predominan los ´sin techo´ y que la mayoría son hombres de más de 40 años a los que les resulta muy difícil encontrar trabajo. «En el mejor de los casos, consiguen un empleo de dos o tres meses en verano o en la construcción en invierno, pero estos ingresos no son suficientes», recuerda la trabajadora Social de Cáritas de Sant Antoni. Como consecuencia, se produce el «círculo de la exclusión»: «Si no tienes vivienda, es más difícil encontrar trabajo porque te has quedado sin recursos».

Otro tipo de usuarios menos habituales son personas que viven en casa de su expareja porque sus ingresos no les permiten alquilar otra vivienda.

El perfil del usuario que acude al comedor social de Cáritas Ibiza es un hombre de entre 30 y 50 años. Sin embargo, Gómez advierte de que cada vez atienden a más jóvenes debido al problema de la vivienda en la isla. «Tener empleo en Ibiza ya no te garantiza poder pagar el alquiler», insiste Gómez.

Desde Cáritas recuerdan que esta entidad social «es un complemento de las instituciones». No obstante, la trabajadora social de Cáritas Sant Antoni denuncia que ellos cubren servicios que deberían asumir los ayuntamientos.

Para 2017, el coordinador de Cáritas Ibiza espera que el centro de baja exigencia de es Gorg se construya, que las instituciones paguen «cuando toca» y que los servicios sociales de los ayuntamientos «piensen en las personas a la hora de fijar sus prioridades».