Un complejo residencial que en total ocupará unos 1.000 metros cuadrados entre construcciones, piscinas y terrazas, está a punto de obtener licencia de obras por parte del Ayuntamiento de Sant Josep en plena zona protegida de Cala d´Hort, concretamente en un paraje declarado Área Natural de Especial Interés (ANEI) y Lugar de Interés Comunitario (LIC). Ni estas dos figuras de protección, ni el hecho de que la finca está poblada por una especie vegetal endémica y en peligro de extinción no parecen haber sido ningún problema para que las instituciones gobernadas por los progresistas, tanto en Ibiza como en Mallorca, hayan dado su visto bueno a este proyecto.

La mansión, que es consecuencia de la permisividad del actual Plan Territorial Insular (PTI) y no estaría afectada por la moratoria por ser un expediente antiguo, constará de un cuerpo principal de 430 metros cuadrados, una planta subterránea de 60 metros, un anexo de 80, una piscina de grandes dimensiones y terrazas hasta alcanzar los citados 1.000 metros. Todo ello, bajo la denominación de «vivienda unifamiliar».

El Consell de Ibiza, a través de su Comisión Insular de Urbanismo y Patrimonio, informó favorablemente este proyecto a finales del pasado julio, si bien con el voto en contra de los consellers de Podemos/Guanyem, indicó el responsable insular de Medio Ambiente, Miguel Vericad. Dado que, previamente, la Comisión Balear de Medio Ambiente del Govern había decidido también dar el visto bueno a esta mansión, ya sólo queda que el Ayuntamiento que dirige Josep Marí Ribas otorgue el permiso de obras.

El equipo de gobierno del Consell ibienco alega que no puede hacer otra cosa sino autorizar este expediente, al venir informado favorablemente desde el Govern.

La conselleria de Medio Ambiente que dirige Vicenç Vidal se amparó para ello en un informe emitido hace un año en el que aseguraba que en la finca en cuestión -sa Païssa d´en Xumeu Pere- no había valores relevantes, si bien lo hizo basándose en un atlas fotográfico, y no en visitas a la zona.

En cambio, el Consell de Ibiza, a través de su departamento de Medio Ambiente, que sí desplazó a técnicos a la zona para inspeccionar sus valores naturales, había certificado dos meses antes la presencia en la finca de Genista dorycnifolia, planta endémica de la isla y considerada especie amenazada. «La especie se distribuye a lo largo de casi la totalidad de la parcela, ocupando los márgenes de las terrazas agrarias, del camino de acceso y los límites del sistema forestal incluido en la finca», señalaba el informe del Consell, que añadía: «Dada la proximidad de la vivienda a diferentes pies (ejemplares) de la especie, existe un alto riesgo de afección a la especie en la fase de construcción». También advertía de que el propio uso cotidiano de la vivienda perjudicaría a la especie.

Los ecologistas del GEN han denunciado esta contradicción y han pedido que «se aclare» la afección a esta planta.

«El hábitat lo puede soportar»

Por su parte, la directora general de Medio Natural del Govern, Caterina Amengual, admitió que la conselleria ha informado favorablemente porque, según sus técnicos, el impacto que provocará la casa «entra dentro de lo que el hábitat puede soportar». «Si los promotores hacen lo que han dicho que harán y cumplen nuestras condiciones, la afección será mínima», añadió Amengual, quien aseguró que, en todo caso, está dispuesta a realizar «una nueva revisión» del expediente si hace falta, pues ya se hizo una anterior. «Estamos hablando de un arbusto, con capacidad de reproducción, y los promotores se comprometen a no tocarlo», declaró.

La directora general afirmó que este tipo de construcciones, que dijo rechazar, «pueden evitarse urbanísticamente» a través de los consells insulares, por criterios paisajísticos.