­Mañana culmina un proyecto que ha llevado más de cinco años de gestación. El alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, dice que en torno a 2010 se empezó a hablar «de un crematorio en el cementerio», que sería el primero de la isla. Y desde este lunes «todos los ibicencos» podrán disponer de él. Ayer se presentaron las instalaciones en una jornada de puertas abiertas que para Marí «no es alegre, pero es histórica».

Para Marí se trata de un servicio «necesario» y que ha requerido «mucha tramitación» antes de convertirse en realidad. El alcalde considera que solo con el crematorio que desde mañana abre sus puertas se podrá atender «toda la demanda» existente actualmente en la isla e insistió en que ello será posible «a precios razonables».

Hoy día en Ibiza solo optan por este tipo de ceremonia entre el 15% y el 20% de los decesos. En otros lugares con un crematorio cerca, este porcentaje se eleva al 35%, incluso se eleva a la mitad de defunciones en ciudades como Barcelona, según explicó Josep Ventura, consejero delegado de Grupo VFV, la empresa concesionaria del crematorio durante las próximas dos décadas y que ha invertido 600.000 euros en su construcción.

Ventura, que coincide con el alcalde en que este era un servicio «reclamado por la sociedad ibicenca», espera llegar a la media estatal «en los próximos cinco años». Para ello juega a su favor «la tendencia social de los últimos años» en España, ya que se estima que en pocos años en la mitad de fallecimientos se optará por la cremación.

Además, en la isla existe una importante colonia de residentes extranjeros, «sobre todo británicos y alemanes», en cuya cultura es más habitual la cremación. De hecho, en sus países de origen la media se sitúa por encima del 60% de cremaciones y en la isla se encontraban sin esta posibilidad. Además, la cremación facilita llevarse luego los restos de vuelta a su país, algo que muchos residentes extranjeros desean, pero que resulta complicado por la normativa y los prohibitivos costes de repatriación.

El crematorio de Santa Eulària puede asumir «1.500 incineraciones al año». Esto es el doble de las que se registran actualmente en la isla: unas 800 al cabo del año. Para cada cremación se requieren en torno a tres horas, así que se podrían efectuar «cuatro al día», según detalló Ventura, que asegura que esta instalación permitirá cubrir las necesidades de la isla «por muchos años».

El crematorio trabaja a una temperatura de hasta 850 grados. El cuerpo se introduce en el horno con el féretro, tras retirarle los herrajes, mediante un proceso mecanizado. La familia puede seguir esta última parte del proceso tras el cristal de una sala anexa. Una vez reducidas, las cenizas pesan entre dos y tres quilos, que se entregan a los familiares en una urna.

Optar por la incineración es más barato que una inhumación, que puede rondar los 6.000 euros. Y disponer de este servicio permitirá abaratarlo aún más. Según Josep Ventura, «se ahorrarán entre 1.500 y 2.000 euros». Un vecino de Santa Eulària podrá contratar este servicio por 700 euros, mientras que para los residentes en el resto de la isla el precio será de 1.200 euros, en ambos casos con el IVA incluido -con el transporte aparte-. Se da la circunstancia de que, con la última revisión de este impuesto del Gobierno, los servicios funerarios han pasado del 7% al tramo más caro.

Pero no solo es el ahorro económico, también es el desgaste emocional de tener que acompañar el féretro de un ser querido para incinerarlo en Palma o la Península. Para empezar, el cuerpo debía ser embalsamado, lo que encarece el sepelio sensiblemente, además del flete aéreo. Los parientes que quisieran viajar tenían que adquirir los billetes al precio que fuera y exponerse a cualquier incidencia con el ataúd, porque «un capitán de vuelo podía examinarlo y decidir que no viajara», explicaba Ventura. Victoria Gálvez, empleada del crematorio, explicó un caso cuya tramitación se complicó por la compañía aérea: «Tuvieron que esperar un mes para poder viajar con el féretro». Y luego, esperar un día o dos días para disponer de las cenizas tras la cremación.

Con el crematorio ya en marcha, el consejero delegado explicó que propondrán al Ayuntamiento que apruebe unos precios «algo más rebajados» para aquellas familias que opten por exhumar los restos de un fallecido para su incineración. De este modo, «los cementerios no han de crecer y se evita a los ayuntamientos construir nuevas sepulturas». Según Ventura, este tipo de servicio también se ofrece en los más de 16 camposantos y 29 tanatorios que gestiona Aurens, marca comercial del grupo, sobre todo en Barcelona y su entorno.

Además de contactar directamente con Aurens, que proporcionará también «servicios funerarios completos» a las familias que opten por la incineración, la compañía ha llegado a un acuerdo con Pompas Fúnebres para que pueda ofrecer las instalaciones de Santa Eulària para sus clientes y a los mismos precios que ha fijado el Ayuntamiento para la concesionaria.

La empresa cuenta con cuatro empleados en la isla, que ofrecerán un servicio «las 24 horas del día» y durante todo el año en el teléfono 971923649.

Ventura explicó que hoy día ya se ha superado la oposición que mantenía la Iglesia católica hace unas décadas a la incineración, pero que persiste en muchos lugares un problema «cultural» que se va superando «a medida que se van implantando nuevos hornos crematorios».

Durante la jornada de puertas abiertas acudieron varias personas interesadas en conocer el nuevo crematorio. Una pareja contó al personal de Aurens que en su caso habían incinerado recientemente en Palma a un pariente y querían conocer el cambio que supondría tener este servicio en la isla.