El propietario del hostal Micaló de Sant Antoni, Toni Boned, de 48 años, falleció ayer en el hospital Can Misses donde permanecía ingresado desde el pasado 23 de febrero, cuando fue apuñalado por Mohamed El Badoui, según confirmó el concejal de Gobernación del Ayuntamiento de Sant Antoni, José Ramón Serra, Pilot, quien lamentó la pérdida de este «gran vecino» y expresó el pésame a toda su familia.

Boned estaba junto a su mujer en el establecimiento de su propiedad, un hostal y tienda de comestibles, cuando El Badoui, que había estado alojado allí con anterioridad, entró y les acuchilló a ambos. La mujer, Catalina Palerm, de 43 años, sufrió una herida en el tórax, y su marido una herida latero-cervical.

Tras lo sucedido ambos fueron ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos de Can Misses en estado grave. Pero si bien Catalina fue trasladada a planta al día siguiente, su esposo continuó en la UCI en estado «crítico» y «estable dentro de la gravedad», según los partes médicos facilitados por el hospital.

El martes, el hombre, que se encontraba «en estado vegetativo persistente», había sido trasladado a planta de Neurología, donde falleció ayer a las 15.15 horas, indicaron fuentes del centro sanitario.

Además de a Catalina y Toni, El Badoui apuñaló aquella mañana a ocho personas más y pegó con un tronco de madera a un agente de la Guardia Civil. De estos últimos seis fueron también hospitalizados, si bien su evolución favorable permitió que les fuera dando el alta en semanas sucesivas.

Entre ellos estaban Toni Serra, segundo encargado del supermercado SUMA, atacado cuando perseguía al agresor y que sufrió una herida en el bazo y el riñón. También estuvo en la UCI y abandonó el hospital a principios de marzo. También fueron agredidos María Sala, cajera del supermercado, y José Antonio Girón, que regenta el locutorio Sin Fronteras y fue herido en un ojo.

En su declaración ante la juez de guardia, El Badoui reconoció que había apuñalado a once personas y se mostró arrepentido por lo sucedido. De acuerdo con su relato, perdió el control y comenzó a acuchillar a la gente porque en el SUMA le «miraron mal». En este sentido, añadió que no era consciente de lo que estaba haciendo y aseguró que todo el mundo estaba en su contra.

Aunque la juez le envió a prisión acusado de varios delitos de homicidio en grado de tentativa, lesiones, daños y atentado a agentes de la autoridad, el fallecimiento de Boned supondrá una modificación de estas acusaciones, ya que podría sumarse un delito de homicidio o asesinato, según considere el fiscal.