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Para empezar

Fernando de Lama

Tecnoboomer

Cuanto más me acerco a la tecnología más comprendo que no sé nada. Aplico la máxima socrática a la tecnología porque últimamente me tiene frito. Y eso que trabajo habitualmente directamente en web y en remoto. Vamos, que con el ordenador me apaño, pero no dejo de pelearme con el móvil. Hace solo unos días cambié un aparato por otro y no soy capaz de ponerlo todo al día. Se supone que el nuevo es más moderno, dinámico y funcional, pero casi agradecería volver al Nokia clásico, abrirlo con un ágil movimiento del pulgar y utilizarlo solo para llamar a otras personas. Eso es casi la felicidad. Además no sé en qué momento debí de dar un ‘ok’, por error o desconocimiento, a una publicidad y cada vez que me llama alguien tiene que aguantar un anuncio sobre sintonías descargables mientras me decido a responder. Todo el mundo me lo recrimina, pero soy absolutamente incapaz de eliminarlo y mis consultas a los expertos cercanos tampoco han servido de mucho... Hace unos meses recibí los reproches de amigos y conocidos cuando en un artículo como este me autocalificaba de boomer. Al parecer soy demasiado joven para serlo y los boomers pata negra se sintieron agredidos. Lo que no sé es si tengo edad suficiente para ser tecnoboomer.

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