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Protesta de educadoras infantiles en la isla.T.E.

Verónica Carmona

Portadista y redactora

La panacea de la conciliación

Los políticos están cada vez más alejados de la realidad de las madres y padres. Aprueban leyes para conciliar que quedan en manos de las necesidades de las empresas o de la buena voluntad de compañeros. Anuncian la apertura de nuevas escoletes, incluso su gratuidad, como si esa fuera la panacea de la conciliación, pero luego pagan mal al personal. Ampliar las bajas maternales podría ser menos costoso que seguir construyendo escoletes y pagando nóminas para desvincular a las madres de sus bebés en edades demasiado tempranas. Pero, pese a seguir insistiendo en que conciliar pasa por construir más escoletes, los gobiernos le dan la misma importancia a la labor de las educadoras de 0 a 3 años que a la de las madres: ninguna. Educar, cuidar y que el menor se sienta atendido en este periodo es tan importante o más que enseñarles a sumar, leer o escribir. Cuando una madre deja a su hijo en una escoleta sella un compromiso tácito de confianza y responsabilidad con la educadora de infantil y esa trabajadora tiene que estar reconocida salarialmente acorde a su tarea. No dudo del buen trabajo que llevan a cabo pese a ser mileuristas, pero como madre me gustaría que fueran felices porque llegan a final de mes.

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