Desde la Mola

Se repite la historia

Si nos refiriéramos a una película estaríamos hablando de un remake que se rueda año tras año. Pasado el 11 de septiembre, la diada de Catalunya, por más señas; comienza la cuenta atrás de una temporada que languidece más o menos rápido dependiendo del tiempo meteorológico. Hace unos años, quizás antes de la pandemia, en aquellos 17 y 18 de dulce recuerdo, contábamos septiembre como la continuidad de agosto. Hasta el 40 de agosto llegamos a repetir en algunas tertulias de bar. Pero aquello pasó y hoy las circunstancias son bien diferentes. Eso sin añadir las vicisitudes del aeropuerto de Ibiza y su ‘amor’ por los aviones y avionetas que se averían en mitad de la pista y organizan un guirigay de no te menés. Un recuerdo desde aquí a los afectados que por educación no iniciaron una revolución a la brava, como las jugadoras de nuestra selección campeona del mundo. También un gesto solidario con su postura numantina frente a la caspa. Centrémonos en que septiembre corre deprisa y es fecha de balances a priori, de cierres, algunos adelantados, de mirar al cielo, a la agencia meteorológica, al tiempo de la 1 y de IB3, a las libretas de reservas y preguntar a unos y a otros el cómo te ha ido. La historia se repite queramos o no, porque a decir de los que entienden la temporada ha sido rara con altibajos, con algún lunes, martes y miércoles de bajo consumo y fines de semana a reventar. Alguien que sabe y que sabe mucho porque lleva más oficio que Joanet Pinocho en la Boquería (que en paz descanse) me asegura que estamos en un 20% menos que el 22… año excepcional en la recuperación de nuestro PIB turístico. No he tenido tiempo de contrastar este dato con otros sabios del sector, pero le tengo absoluta confianza (supongo que se lo imaginan, pero no es este el sitio para descubrirlo).

No sé si entramos en un mar de lágrimas justificativo o si es un quejío ficticio que esconde un buen balance económico. Tendremos que esperar a más señales para conocer la repercusión social de esta temporada. Ahora toca lidiar con el público del mes. Suelen ser parejas de posibilidades con vacaciones porque trabajaron en agosto. Lo cierto es que ya no se ven niños de otros lares corriendo por las calles. Ahora son los nuestros los dueños de las peatonales y las plazas. Son sin duda la viva imagen del regreso de esta isla a la otra normalidad. Tampoco es mala cosa…

Suscríbete para seguir leyendo