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Martorell

Café con aroma de éxito internacional

En 1994 se estrenó la telenovela colombiana ‘Café con aroma de mujer’. Y en el año 2021 se estrenó la nueva versión, que está teniendo un éxito internacional. Yo me vi los 88 capítulos, en Netflix, para poder hacer esta crítica.

En todas partes se habla de William Levy. Un atractivo actor cubano, con un cuerpazo, que interpreta al protagonista Sebastián Vallejo, un empresario de una rica familia de cafeteros colombianos. Pero yo creo que debería hablarse mucho más de la actriz Laura Londoño, que interpreta a Gaviota, una pobre recolectora de café.

Gaviota tiene una gran personalidad. Es muy atractiva y canta muy bien. Es un personaje con muchísima fuerza y el más importante de la serie. Pero no me gusta que lleve los labios pintados muy rojos recolectando café. Al principio, Gaviota canta muchas canciones, con unas letras muy significativas, que se utilizan de música de fondo, en muchísimas escenas, a lo largo de toda la serie. William Levy, en el papel de Sebastián, pasa casi toda la serie con una expresión de preocupación en su rostro, y con unas muy marcadas arrugas en la frente. Lleva una barba de tres días, como curiosamente llevan todos los personajes de la serie. Solo un personaje, que es gay, va afeitado. Ese look desaseado se está poniendo de moda. Y muchos hombres se están dejando esa barba de tres días, debido a la fama mundial de guapo que tiene William Levy.

Una cosa que me llamó la atención es que no se ve un solo cigarrillo en toda la serie. Pero todos los personajes beben, sin parar, chupitos de aguardiente, whiskies y cafés. Y se usan mucho los teléfonos móviles.

En esta serie hay una maldad y una bondad extremas. Una matriarca, fea y algo amargada, madre de Sebastián, preside la familia de ricos cafeteros, en la que hay homofobia, racismo y desprecio a la clase obrera. Entre algunos miembros de esa familia hay muchas desavenencias, malos rollos y delincuencia. Mientras que en el mundo obrero son todos buena gente. Y consiguen, al final, que la desagradable matriarca se convierta en una mujer adorable y cariñosa.

Me parece muy cómico que hombres muy machotes hablen muy cursi: “Mi mamasita, ahorita le traigo un cafelito, pues”. “Mire usted papito que chévere. En un ratico le traigo una maletica llena de platita”.

Todos se tratan de usted. Y se llaman: mi rey, papito y papasito. Y se usa mucho el término “Berraco y berraca”.

No hay escenas de sexo duro ni desnudos. Pero muchos morreos con lengua, en primer plano. Hay dos bebés, que pasan muchos ratos en brazos de varios actores y actrices. Lloriquean y se nota que les resulta muy pesado soportar tantas horas de rodaje, y que los hombres les besen pichándoles con esas incipientes barbas. En esta serie hay un trasfondo izquierdista y feminista. Las despreciadas mujeres trabajadoras, al final de la serie, son aceptadas, amadas y veneradas por la familia de ricos, que están llenos de problemas debido a grandes sumas de dinero (la platita) y a una herencia. El profundo y envidiable amor entre el empresario Sebastián y la recolectora Gaviota, que parecía un imposible debido a la diferencia de clases, acaba triunfando y provocando el abrazo de las dos clases sociales. Y, todo, en gran parte, gracias a la personalidad de Gaviota y de su aroma. Tele5 estrenó, hace unos días, esta serie colombiana.

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