Se conocieron. Se gustaron. Se hicieron novios. Y su relación parió 17 puñaladas. Ella, a punto de cumplir los 19 años. Él, 20. Dicen que Cristina participaba activamente en la conciencia contra la violencia machista, que se consideraba feminista, que una sonrisa le iluminaba siempre el rostro… Y, aún así, no supo ver que corría peligro de muerte. Que su ya exnovio era un asesino en potencia. Que su amor sería la encarnación de un asesinato machista. Cristina tenía un año cuando fue aprobada la primera ley integral española contra la violencia de género, pero Federico García Lorca podría seguir relatando el machismo actual.
Con el crimen de Parla (Madrid), ya son 24 las mujeres asesinadas en España por violencia de género en lo que va de año. 1.154 desde 2003, año en que empezaron a contabilizarse los asesinatos machistas. El año en que nació Cristina. Mientras ella crecía, se han mejorado las leyes, se ha extendido la conciencia del delito, se han desterrado expresiones vergonzosas que confundían el amor con la posesión, la justicia y el sistema de protección han multiplicado su combate y su amparo… pero, aun así, el asesinato de Cristina nos grita, nos exige. Hay muchas vidas por defender.
